Año CXXXV
 Nº 49.520
Rosario,
martes  25 de
junio de 2002
Min 7º
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cartas
Anunciar la vida y denunciar la droga

En estos días se conmemora el "Día Internacional de lucha contra el narcotráfico y el uso indebido de drogas". Quienes estamos cotidianamente en esa lucha por la vida, sabemos que las conmemoraciones sirven para esto: hacer memoria, pero una memoria activa, que nos habla de muerte y esperanza, de triunfos y fracasos, un recordar el compromiso asumido desde la verdad del hombre, a saber: cada ser humano es único e irrepetible, dotado de inteligencia y libertad para realizarse según un proyecto de vida diseñado por él, pero abierto a la comunión con Dios y con los demás. En ese empeño, cargado de ilusión, qué bueno es contar con la propia familia, los amigos, los vecinos, las instituciones, los medios de comunicación y hasta con el decidido apoyo de los gobernantes. Pero la realidad nos muestra otra faceta, su lado de oscuridad y muerte, de egoísmo y violencia, de manipulación y mentira. ¿Quién podrá sostener su proyecto de vida, en ese contexto? ¿Cómo no sucumbir frente a los mensajes ambiguos de consumismo disfrazado de libertad? ¿Cómo controlar la propia curiosidad por el riesgo que se niega uno a reconocer como tal? ¿Quiénes son los que lanzan afirmaciones despenalizadoras como si fueran verdades dogmáticas? ¿Quién se hará responsable del riesgo
-presentado como aventura- que terminó en daño? Cuando uno medita sobre los estupefacientes como "hacedores de estúpidos", cuando uno reflexiona sobre la palabra adicto como "el discapacitado para la comunión", cuando uno piensa que quien toca fondo en el bajo mundo del alcohol o de la droga, si sale, en el caso de salir, tendrá que aprender a vivir de nuevo a un costo muy alto. Las preguntas emergen solas: ¿quién te engañó?, ¿quién te negó el derecho a la verdad?, ¿quiénes se apartaron de vos cuando te hicieron consumir el infierno? Pero seamos justos, también caben otras preguntas: ¿por qué cediste a la tentación de experimentar?, ¿qué necesidades vitales y profundas ahogaste sin satisfacer?, ¿qué vas a hacer ahora por vos? La tarea de prevención y rehabilitación para ser justa y efectiva, debe tener su eje en la persona humana y no en las substancias. Es más importante conocer a quién prevenir o rehabilitar y luego de qué, tenemos que ayudarlo a prevenirse y rehabilitarse. Por eso mismo, se denuncia la droga como falso viaje al paraíso pero no al drogadicto, víctima responsable, pero poseedor del mayor valor para amar y ser amado de verdad: la vida. En esta conmemoración internacional, frente a los mercaderes de la muerte y los privatizadores de la responsabilidad social anunciemos la vida, denunciemos la droga.
Profesor Carlos A. Robledo, Departamento de Prevención Asociación Nazareth,
(ex Viaje de Vuelta)


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