Año CXXXV
 Nº 49.497
Rosario,
domingo  02 de
junio de 2002
Min 9º
Máx 19º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





Regional del Litoral
Rugby: Duendes impuso su ley ante Uni de Santa Fe

Pablo F. Mihal / La Capital

Cuando existen dos propuestas diferentes es imposible que salga una cosa homogénea. Ayer en la cancha de Duendes esta aseveración cobró cuerpo ya que hubo dos equipos cuyos libretos fueron tan distintos que el partido, si se lo puede llamar así, fue de un nivel bastante discreto pero, eso sí, con mucha adrenalina. Hubo un conjunto, Duendes, que intentó jugar; y otro, Universitario de Santa Fe, que trató de hacer su negocio. Y cuando la premisa de uno de los dos equipos no es jugar, pasa lo que ayer pasó en Las Delicias. Unos chicos sin calma hicieron del desorden y del patoterismo su bandera, y lo que debió ser un partido de rugby terminó casi en una lucha de catch para ver quién era el más guapo, el más fuerte. Y se olvidaron de lo primordial: de jugar.
Duendes entró enchufado. Con control y una buena utilización de la pelota, impuso los ritmos y consecuentemente empezó a sacar las diferencias. El primero en llegar al try fue Lucas Bouza y antes que el reloj marcara los cinco minutos Simón Boffelli también aterrizó en el ingoal santafesino.
Pareció que asomaba una goleada, pero no fue así. Lentamente Duendes fue cayendo en el desorden que propuso Universitario y los santafesinos acortaron la ventaja. Al buen trabajo en el scrum y del manejo del maul por parte de Universitario se sumó la lentitud del medioscrum verdinegro para tomar las decisiones y poner adelante a su equipo. En ese contexto, se equilibró la balanza y el parcial terminó 15 a 7, un resultado bastante incierto por cómo se venían dando las cosas.
Los segundos 40 minutos ofrecieron poco para destacar: el try de Farré, después de una corrida de toda la cancha (ya que el wing capturó la pelota dentro de sus 22 en pleno asedio santafesino); y los dos tries de Duendes anulados a instancias de los linesman. Después, casi nada.
Lo que sí se pudo ver en este período fue una gran gama de artilugios para no permitir jugar al rugby como por ejemplo entrar por los costados, ensuciar la salida de la pelota ó el más triste de todos, apelar a la agresión. Eso es imperdonable porque una cosa es la aspereza y otra, muy distinta, el golpe artero, vil. El "vamos a pegarles pero callados la boca", que vociferó el tercera línea Gastón Borllé no hizo otra cosa que poner en evidencia las intenciones de un equipo que, cuando jugó al rugby se vio superado por el conjunto local.
El vuelto en este tipo de situaciones es casi pago al contado. Una gresca, cerca de los 25', fue el triste desenlace anunciado. El partido nunca volvió a los carriles normales y desde allí hasta el silbato final se dedicaron a guapear, pero Duendes hacía rato que ya había asegurado el resultado, con su propia ley.



La desprolijidad, un signo distintivo del partido.
Ampliar Foto
Notas relacionadas
Batacazos
Diario La Capital todos los derechos reservados