Año CXXXV
 Nº 49.496
Rosario,
sábado  01 de
junio de 2002
Min 7º
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Las penas son de nosotros, las vaquitas...
El paro del agro y del transporte fue efectivo en cuanto a la adhesión pero no produjo cambios sustanciales

Susana Merlo

Pasó un nuevo paro agropecuario, el segundo en un mes, esta vez de la Federación Agraria y también una más que efectiva huelga del transporte de carga.Aunque los resultados gremiales son indiscutibles, al menos desde el punto de vista de la escasa actividad en los mercados, sea cual fuere la razón para ello, ¿cuál es el saldo para los productores?
En concreto, poco o nada es lo que puede mostrar el campo como avance y, más bien, sigue la creencia en muchos estratos del gobierno de que el sector agropecuario es uno de los que ostenta una posición mejor en este contexto económico. Y tal vez, en términos relativos, esto sea así ya que cuesta pensar que alguna industria nacional (mano de obra intensiva, insumos dolarizados, etc) pueda tener mejores resultados que el campo que, al menos, tiene mercado externo para sus productos.
Ni hablar si la comparación se hace con el comercio cuyos índices de demanda interna caen a pique, mientras que sus costos de estructura (servicios, impuestos ) están entre estables y crecientes.
El campo tiene, en general, poca mano de obra, mercado internacional para sus rubros más importantes y, además, puede eventualmente diferir la venta, tanto de hacienda como los principales granos (no así de los productos más perecederos como leche, verduras o frutas).
Pero estas "ventajas" respecto a otros sectores, no implica que el campo esté bien. La realidad muestra que dista de ser así, al punto que ya prácticamente todos los analistas coinciden en que la caída de producción para la campaña que se está iniciando, va a ser notable.
Mientras, ya se tiene un adelanto con lo que está ocurriendo con la lechería, cuyos indicadores van en descenso, especialmente por el abandono de la actividad que están haciendo muchos tamberos, aunque luego se agregue la caída de productividad
En esta situación de decaimiento general, algunos puntos como la indefinición en el tema de las deudas por insumos; la falta de operatoria en el Mercado a Término de Buenos Aires (que no logra reaccionar tras las malas decisiones adoptadas en diciembre y en abril pasado) y que impide contar con el más tradicional mercado de referencia; la eventual aplicación de las "bolsas de trabajo" por parte del gremio de empleados rurales en el sector de los granos y en la carga adicional de la vacuna antiaftosa que deberán afrontar de aquí en más los productores, debido a la falta de recursos del Estado, no hacen más que oscurecer el panorama del sector. En definitiva, se siguen sumando costos para ser cubiertos por la misma "bolsa".
De ahí que tampoco se sepa que destino podrá correr el manoseado Instituto de Promoción de Carne, cuya reglamentación por parte del gobierno se esperaba para estos días. Es que ni bien entre en vigor, los productores deberán comenzar a pagar un porcentaje por cabeza que, difícilmente les vaya a hacer alguna gracia justo en este momento. Es que si ya había cuestionamientos hace 2 ó 3 años atrás, cuando las perspectivas de la ganadería eran mayores, cuanto más ahora.
Pero lo que más puede molestar a los ganaderos, es la hasta ahora ausencia de planes específicos para la aplicación de esos fondos que se recauden, las disputas que van trascendiendo por la presidencia del nuevo organismo, y hasta la no determinación de quién será el gerente técnico del ente, ni como se lo elegirá. Así, muchos temen que volverán a pagar "para nada".



La protesta del campo se hizo sentir en los mercados.
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