Año CXXXV
 Nº 49.493
Rosario,
miércoles  29 de
mayo de 2002
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Juegos que semejan la vida
La experiencia del taller de producción lúdico-expresivo del Hospital Carrasco explora nuevas formas de comunicación

María Laura Favarel / La Capital

Miguel es uno de los más antiguos del grupo. Desde que comenzó a participar sus sueños quedaron cortos. "Llegué con una gran dosis de inhibiciones -comenta-, pero superé el desafío y representé un rol en la obra de teatro que preparamos con el grupo". Este testimonio pertenece a uno de los integrantes de "Grupotrent", el taller que a través de lo lúdico permite descubrir diferentes formas de comunicación a las personas con dificultades para relacionarse.
"Grupotrent está abierto a la comunidad, la idea es recibir gente que quiera fortalecer su relación con los demás", explicó la psicóloga Silvina Getar, coordinadora del grupo. "Algunos sienten la presencia del otro como persecutoria, o no pueden establecer lazos; tienen un profundo desgano o angustia, aislamiento o soledad. El grupo los ayuda a superar estas dificultades", comentó la profesional.
Desde el servicio de Salud Mental del Hospital Carrasco se plantea este espacio como "una estrategia clínica que se articula con otros dispositivos", comentó Getar. El taller, que funciona todos los martes de 16.30 a 18, forma parte del proyecto Arte en Salud, de la Secretaría de Salud Pública municipal y cuenta con el apoyo de la dirección y de la Asociación Cooperadora del hospital.

Entre el arte y el juego
"Lo lúdico y lo artístico son herramientas clave en este espacio", expresó Julio Minuchi, coordinador de los talleres. A través del teatro, la música y la ficción se crean situaciones donde las personas juegan a resolver problemas que se presentan en la realidad.
El programa apunta a trabajar desde la salud. "No intentamos solucionar un problema concreto, sino trabajar sobre todas las alternativas que se nos presentan a partir de esta realidad. Se trata de aprender (a través de una herramienta lúdica) a hacer que todas las acciones que encaramos desde lo cotidiano sean saludables. Así se podrán enfrentar los conflictos cotidianos con más herramientas", explicó Minuchi.
"La gente que llega al grupo tiene pocas herramientas expresivas exploradas -agregó Minuchi- pero existen otras áreas como el juego, el arte, la dramatización, los gestos y la música, que facilitan la posibilidad de relacionarse en sociedad". En los talleres el juego funciona como disparador para ingresar en otros campos de la comunicación.
Cada uno de los participantes, personas con edades comprendidas entre los 20 y los 65 años, trae una experiencia que enriquece al resto. "Compartimos lo esencial, todos somos seres humanos que tenemos problemas y aunque muchos de los que participan llegan derivados del servicio de Salud Mental, ¿quién no tiene algo que resolver?", dijo el coordinador.
En el taller se desarrollan actividades donde se conjugan disciplinas tales como la escritura la música y la expresión corporal. Una de las producciones del taller es un calendario que se renueva mes a mes. En este primer proyecto los participantes se sienten orgullosos de hacer algo para entregar a los demás además de descubrirse a sí mismos y a los otros, a quienes aprendieron a tratar, escuchar y respetar.


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