Javier Felcaro / La Capital
Estrellas y barras. Rojo, blanco y azul. Estas formas y colores obnubilaron por varios minutos a Eduardo Camaño cuando una diputada osó plantar, el jueves pasado, la bandera estadounidense frente al propio titular de la Cámara baja, durante el tratamiento de la ley de quiebras. Alicia Castro está satisfecha: "Quise decirles a los legisladores que si van a seguir entregando la soberanía política, económica, jurídica y parlamentaria, entonces que arríen la enseña argentina".
Más allá del "banderazo", la diputada del Frente para el Cambio trazó un lapidario diagnóstico de la gestión de Eduardo Duhalde. "El presidente eligió suicidarse", enfatizó Castro a La Capital, quien bregó por la conformación de una alternativa de centroizquierda "racional" y aseguró que su par del ARI Elisa Carrió "se jacta de no tener una propuesta".
-¿El FMI está legislando en el país?
-El FMI no sólo se entrometió en nuestra economía sino que ahora manda en la política. Establece claramente qué leyes votar y cuáles derogar. Yo quise decirles a los legisladores que si van a seguir entregando la soberanía política, económica, jurídica y parlamentaria, entonces que arríen la bandera argentina. El Fondo no es un organismo independiente. Es usado por el gobierno de Estados Unidos y por sus corporaciones financieras.
-Los más críticos dicen que estamos a un paso de ser una colonia...
-Estamos volviendo a un período de colonialismo e imperialismo clásico, de una crudeza tal como en el siglo XIX. Se acepta con naturalidad un doble estándar: Anne Krueger, la segunda del FMI, dice que Estados Unidos y Canadá crecen con gasto público, pero a la Argentina le exige que no invierta en este rubro. Lisa y llanamente nos condena a vivir sin derechos humanos y cívicos. Los resultados están a la vista: logramos el espantoso milagro de ser un país quebrado, en la miseria, donde la mitad de sus habitantes son pobres y muchos no tienen qué comer. Es aberrante insistir con la receta del ajuste del Fondo, y es evidente que el PJ y la UCR no saben ni pueden ni quieren hacer otra cosa.
-Se sostiene que esa es la vía para volver a insertarnos en el mundo.
-Es una falacia ideológica. Ustedes están en Rosario, ¿no?. ¿Qué les parece su ciudad como el campo de aplicación de las políticas neoliberales y del FMI? Son estas recetas las que nos sacaron del mundo desarrollado.
-Duhalde asegura sentirse solo...
-Creo que el presidente eligió suicidarse. Si hubiese cumplido con lo que prometió, pese a que nunca confié en él, seguramente estaría acompañado por todos los ciudadanos. Si no tiene imaginación y coraje para hacer otra cosa que seguir las miserables recetas del FMI, no sé quién pretende que lo acompañe más que Krueger, Anoop Singh y algunos caudillos de las provincias. Lo único que esperan es que el Fondo les tire un préstamo para aguantar hasta las próximas elecciones.
-¿El presidente está jugando en tiempo de descuento?
-No lo sé, francamente. Pero está haciendo un pésimo gobierno.
-¿Adelantar las elecciones es la salida?
-La solución no pasa por cambiar a las personas sino de régimen económico. Si hoy consiguiéramos más dinero del FMI, no podría ser empleado en la economía real por las condiciones con que es acompañado. En el marco de estas restricciones, el gobierno está en una ciénaga donde sólo puede hundirse. El problema no es lo que le pasa a Duhalde, que a mí me preocupa poco, sino la calidad de vida de los argentinos.
-¿La derecha avanza con Ricardo López Murphy y Patricia Bullrich?
-Es necesario construir una alternativa de centroizquierda racional, previsible y programática, algo que estamos trabajando desde el Frente para el Cambio. De la depresión se sale con reactivación y, para ello, es indispensable que la gente tenga poder de compra. Para que la población adquiera bienes y servicios debe poseer ingresos, y la forma más rápida de obtenerlos es bajar el gasto público. Falta un plan distinto, que modifique las reglas del juego. Un cambio muy drástico.
-¿Elisa Carrió puede encarnar ese cambio?
-No lo sé. Carrió se jacta de no tener una propuesta.
-¿Cómo nació la idea de encarar a Camaño con la bandera?
-Ya lo llaman "banderazo". Estaba discutiendo con mis colaboradores las consecuencias de las medidas del FMI y las polémicas leyes (de quiebras y de subversión económica) y, en un momento dado, dije: "Los que hagan esto tendrían que arriar la bandera argentina e izar la norteamericana. A lo mejor se los sugiero ahí mismo (por el recinto de sesiones)". Luego le pedí a un compañero que fuera a comprar una bandera, que nos costó 25 pesos y no sabemos dónde fue fabricada (risas). Desmiento una vez más que haya servido para una filmación de (el cineasta) Pino Solanas. No creo que el pedido de desafuero prospere, porque carecen de margen político y moral para sacarme.
-¿Qué les responde a quienes la cuestionaron por esta acción?
-A las críticas las tomo como de quienes vienen: personas a las que no les ofende el hambre y la miseria.
| |
La Ciudad
