Año CXXXV
 Nº 49.475
Rosario,
sábado  11 de
mayo de 2002
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La nueva ley agrícola de EEUU complica más a los productores locales
Ahora la amenaza viene del exterior
Como si al sector le faltaran problemas en el frente interno, viene una nueva ola de proteccionismo mundial

Susana Merlo

Mientras el campo sigue concentrado en la situación interna y en las alternativas de alguna negociación que, al menos, sirva para aclarar un poco el oscuro panorama que se presenta para el sector, varios son los acontecimientos internacionales que se están produciendo y que pueden tener una incidencia también negativa para la agroindustria local.
Es natural que frente a los fuertes movimientos alcistas en los precios de insumos, fletes y herramientas o las amenazas de precios máximos que, aunque desmentidas, alteran igual a los productores, sea difícil ocuparse demasiado con lo que ocurre en el plano internacional.
Dicen que "a mar revuelto, ganancia de pescadores", y parece ser cierto en este caso. Es que mientras toda la atención se concentra en el frente interno y el conflicto de los agroquímicos, y las retenciones, y el precio de la leche, en el resto de los países se avanza en decisiones que, ante la casi "ausencia" de Argentina en los foros internacionales, van a perjudicar a los productos locales que parecen no presentar defensa.
Uruguay, en un intento de "despegarse" de Argentina para que no lo arrastre la situación económica de "este lado" del Río de la Plata, deja entrever que podría "separarse" del Mercosur, dejando de lado los acuerdos preestablecidos lo que, naturalmente, incluiría al libre comercio en la región. Dicho en otras palabras, temen que tras la devaluación los productos argentinos los "invadan", y tratan de atenuar tal posibilidad.
Chile, por su parte, ya está negociando sólo con la Unión Europea, tal vez, porque ahora les tienen menos fe a sus medio-socios del Mercosur. En todo caso, esto ya se presenta como una fractura ante el viejo continente que, por otra parte, tampoco dudó en avanzar en forma unilateral con los trasandinos.
En cuanto a los Estados Unidos, mientras declaman sobre las bondades del libre comercio, etcétera, vuelven a la carga con aumento de los subsidios para sus productores agropecuarios, tema que afecta tanto a los productores argentinos en el mercado internacional, como las propias retenciones internas que les restan competitividad.
Es obvio que, en su defensa, los estadounidense bien pueden argumentar que no es lógico que nuestro país les pida que abandonen a sus "farmers" para beneficiar a los argentinos si el gobierno local no hace nada por ellos y, además, les saca ingresos (vía retenciones). Y también tendría razón.
En este contexto, aunque es cierto que los problemas internos merecen urgente atención y soluciones, ya que peligra totalmente la próxima campaña agrícola (y ahora no ya por el riesgo climático), no es menos real que el frente externo se está complicando fuertemente.
Y, aunque hoy no se tenga demasiado en cuenta van a incidir en forma muy negativa sobre el campo argentino, si no se adoptan urgentes cambios en la estrategia negociadora del país.



Bush lucha por el libre comercio fuera de su país.
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