Año CXXXV
 Nº 49.471
Rosario,
martes  07 de
mayo de 2002
Min 13º
Máx 23º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






Erica García: "No intento ser un sex symbol, soy una chica inocente y tímida"
La guitarrista dijo que buscó tapar su imagen provocadora hasta que se dio cuenta de que era una bendición

Carolina Taffoni / La Capital

"Hola, dejame un mensaje lindo, hermoso", susurra Erica García, entre infantil y sensual, desde su contestador automático. Pero cuando su voz real aparece en el teléfono toda la fantasía se esfuma. Ahí surge la chica que está pasando por su mejor momento. Algunos la consideran un sex symbol, pero ella se describe como una persona "inocente y tímida".
Erica García asomó al mundo del rock a principios de los 90, cuando lideraba el trío de mujeres Mata Violeta. En 1997 editó su primer disco como solista, "El cerebro", y un año después se consagró con "La bestia". Con su último álbum, "Amorama", dio su paso más importante. El compacto contó con la producción de Gustavo Santaolalla, el gurú del rock latino, y se grabó en Los Angeles con músicos que trabajaron con Beck y P.J. Harvey. Erica también es la chica que estuvo en pareja con Ricardo Mollo durante diez años, y que ahora está de novia con el nuevo guitarrista de su banda.
En charla con La Capital, la cantante reveló que hizo de todo para ocultar su imagen sexy y aseguró que nunca intentó superar el machismo del rock.
-¿Cómo te afectó la crisis económica del país a nivel laboral y personal?
-Me afectó como a todos. Tuvimos que bajar el precio de las entradas a los shows, que se ajustan según el lugar donde tocamos. Sé que mucha gente pregunta si se puede entrar sin pagar o por menos plata, y creo que a esos casos hay que contemplarlos. Por la crisis los músicos también estamos más unidos, se tomó conciencia y nos reunimos para tocar y hacer giras. En otro momento los grupos no hubieran aceptado eso.
-¿Participaste de los cacerolazos?
-Sí, estuve en el primero, y con mi novio llegamos hasta la casa de Cavallo. Fue como un llamado tribal. Estábamos en casa, habíamos llegado de ensayar, y desde afuera venía un ruido tremendo. Y así salimos nosotros también.
-¿Cómo fue la experiencia de grabar en Los Angeles?
-Para mí Los Angeles es como una segunda ciudad, allá tengo amigos, mi productor y mi compañía de discos. Es un lugar muy cálido, que me recibió muy bien. Allá los músicos son valorados y se pueden desarrollar. Si sos músico sos un ciudadano casi honorable. En la Argentina eso no pasa. Acá si no sos un músico famoso sos directamente un loco. Si vos armás un grupo lo primero que te preguntan es de qué vas a vivir o qué vas a estudiar. Ya te están denigrando de entrada. En cambio allá, si tenés una banda, te dicen ¡qué bueno! y te preguntan cómo se va a llamar. Es otra actitud. En la Argentina ser músico es como ser un guerrero.
-¿Es una fantasía el éxito del rock latino en los Estados Unidos?
-En este momento se está armando un intercambio, pero no se puede hablar de éxito. Yo toqué en varias ciudades y me fue rebien, pero ellos llaman rock latino a Shakira y a Ricky Martin. Cuando yo tocó allá no me presento como rock latino, porque eso realmente no existe.
-¿Es muy distinto tocar con músicos norteamericanos?
-Sí. Yo nunca había tocado con músicos tan grossos como ellos. Yo siempre me manejé en un nivel más under. Yo fui allá con esa mentalidad y casi me muero cuando me dijeron que querían tocar conmigo y que les encantaba mi música. Antes de conocerlos tenía un terror absoluto, pero cuando empezamos a trabajar me fui aflojando y se encendió la magia. Ahora ya somos amigos.
-Y te hiciste amiga de Beck...
-Sí, nos conocimos y compartimos la banda. El venía a las grabaciones y también salíamos a pasear. El es un chico retímido, y por eso nos entendimos enseguida, porque yo soy igual, muy callada.
-Pero parecés muy extrovertida.
-Eso es porque hay otra faceta en mí, sino no podría cantar y subirme a un escenario. No es que tengo una doble personalidad, son solamente algunas diferencias. Siempre soy yo, pero a veces empiezo a hablar y a expresarme.
-¿Te sentís un sex symbol?
-No, yo sé que genero eso, pero no intento ser un sex symbol. Soy una chica más bien inocente y tímida. Además en la gente también genero ternura y asombro, no es sólo sexo.
-Sin embargo vos tenés una imagen muy provocadora...
-Es que por más que yo lo quiera ocultar, eso me sale solo, es espontáneo. Soy consciente de eso pero no lo hago a propósito. La imagen me afecta a mí tanto como a cualquier músico. Si en la historia del rock nadie hubiera querido presentar su imagen, nadie se hubiera sacado fotos. Yo hice de todo para tapar mi imagen sexy, como si fuera un problema, hasta que me di cuenta de que era una bendición. No me interesa camuflar algo que es natural.
-Tu posición suena demasiado inocente.
-Y lo es. La inocencia es una de las virtudes más grandes que puede tener una persona. Ser inocente es no estar especulando con una situación, no hacer cálculos. La inocencia te conecta todo el tiempo con el ser niño, con el sorprenderte y avanzar. Sin inocencia te convertís en un viejo choto.
-¿Cómo se supera el machismo del rock?
-A mí no me importa superarlo. Cuando yo estoy en el escenario me respetan tanto hombres como mujeres, y con mis letras se identifican todos. Para mí no se trata de luchar o resistir, cuando te plantás sobre el escenario imponés un respeto. Yo no quiero competir con nadie, no quiero ser mejor que un hombre.
-¿Te incomoda que los varones te conozcan más por la tapa de tus discos que por tus canciones?
-Yo no creo que sea así, sino no cantarían mis temas cuando me cruzan por la calle. Lo que pasa es que la gente que no pertenece al rock conoce a todos los músicos más por sus fotos que por sus canciones.



"No me interesa superar el machismo del rock", afirmó. (Foto: Horacio Paone)
Ampliar Foto
Notas relacionadas
La herencia de Ricardo Mollo
Diario La Capital todos los derechos reservados