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El "corralito" sin aves

Llama la atención cómo los argentinos tuvieron fe y confianza en las entidades bancarias de su país, depositaron allí sus bienes gananciales, muchas veces logrados con sacrificio y denodado esfuerzo, a fin de tener un ahorro para los momentos de necesidad, a corto, mediano y largo plazo. Estos argentinos, en gran parte empobrecidos, no encuentran otra manera para demostrar y protestar en su impotencia, que recurrir a la batucada carnavalesca de los "cacerolazos". No existen otros medios más civilizados, lógicos, inteligentes, realistas, justos, para estos días de este nuevo siglo que tan funestamente comenzó. ¿Por qué no existe un medio para apelar al Fondo Monetario? Que haga un préstamo para ese objetivo, ya que está pedigüeñando nuevamente, quién sabe para qué destino? ¿Por qué los bancos extranjeros no envían los dineros que sacaron del país, para cubrir y responder por esas deudas de sus bancos, asentados en estas latitudes? Y los bancos nacionales, a través del Banco Central, que cumplan con sus obligaciones contraídas. Y el Banco de la Nación Argentina, ente autárquico por excelencia, última joya de la abuela, tampoco puede encarar ese abuso criminal. Abrir la cerca de ese mal denominado "corralito" es abrir la puerta hacia una economía renovada y pujante. Dios nos guarde a todos y que se haga justicia.
DNI 29.373.552