Año CXXXV
 Nº 49.400
Rosario,
domingo  24 de
febrero de 2002
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"Europa necesita de Cristo", dijo el Papa
El pontífice fustigó la falta de referencia en la Constitución europea a las religiones y al cristianismo

Europa "necesita de Jesucristo para no perder su alma, para no perder lo que lo hizo grande en el pasado y no caer en el nihilismo moral", dijo ayer el Papa Juan Pablo II, al considerar "antihistórico y ofensivo" el hecho que de la Carta de Europa se elimine toda referencia explícita a las religiones y al cristianismo.
Juan Pablo II volvió a plantear el problema del papel que la religión debe tener en el futuro continente europeo, al recibir ayer en el Vaticano a los participantes del Foro internacional, que tuvo lugar ayer en la Cámara de Diputados, sobre el pontificado de Karol Wojtyla y Europa.
Anteayer el Foro Internacional, haciendo propias las indicaciones del Papa, había indicado la necesidad que las religiones encuentran espacio en la nueva Constitución europea. El mismo presidente de la Cámara de diputados, Pier Ferdinando Casini, había lanzado un llamado en este sentido a los miembros italianos de la Convención europea que deben formular junto al resto de sus colegas europeos, la nueva Constitución.
"Es en virtud del mensaje cristiano que se afirmaron en las conciencias (de Europa) los grandes valores humanos de la dignidad y de la inviolabilidad de la persona, de la libertad de la conciencia, de la dignidad del trabajo y del trabajador, del derecho de cada uno a una vida digna y segura y a la participación a los bienes de la tierra destinados por Dios al goce de todos los hombres", sostuvo el Pontífice.
Juan Pablo II reconoció que estos valores fueron afirmados también con la contribución de otras fuerzas fuerza de la Iglesia católica y que los mismos católicos "a veces fueron lentos en reconocer valores que eran cristianos".
"Estos valores -subrayó el Pontífice- la Iglesia los vuelve a proponer con renovado vigor a Europa que corre el riesgo de caer en el relativismo ideológico y de ceder al nihilismo moral, declarando bien lo que está mal y mal lo que está bien".
Por tal motivo el Papa volvió a reafirmar con vigor que "su preocupación más grande para Europa es que ésta conserve y haga dar frutos a su herencia cristiana". (Ansa)


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