Dientes sanos a cualquier edad

Los dientes sanos pueden ser movilizados a cualquier edad. Las fuerzas ortodóncicas mueven de la misma manera los dientes de un adulto de 45 años que los de un niño de 12. En el mundo, uno de cada cinco pacientes es adulto y a raíz de ello, surgieron diversas técnicas que aminoran el impacto antiestético de los aparatos.
Un rasgo distintivo en las personas adultas es la ausencia de crecimiento dentario. En los niños, ese crecimiento es aprovechado para orientarlo y estimularlo. En el adulto, si el defecto surge por discrepancias del hueso, es necesario recurrir a la cirugía máxilo facial.
La boca adulta generalmente presenta dientes obturados o ausentes, y en muchos casos afecciones, como la enfermedad periodontal, que abarca a las estructuras de sostén de las piezas dentarias. Si esta es la dificultad, primero se impone la rehabilitación de la salud bucal y luego el tratamiento ortodóncico.
Cuando faltan algunos dientes, las piezas dentarias remanentes se inclinan o desplazan, dificultando la adecuada reposición artificial (prótesis fija o movible, implantes). En tal caso, el tratamiento de ortodoncia endereza y ubica correctamente las piezas naturales, lo que optimiza la rehabilitación protética.
Otra diferencia marcada es de carácter psicológico. Si bien el adulto busca por sí mismo la atención y comprende mejor la necesidad de realizarlo, acepta a regañadientes usar un aparato que sea visible; tiene más molestias y dolores que un niño y presiona al ortodoncista para que concluya el tratamiento en tiempo récord.
No existe el aparato invisible en ortodoncia. Siempre resulta necesario algún recurso aparatológico para generar los movimientos dentarios. Ultimamente se disponen de nuevos sistemas que evitan la adhesión de elementos metálicos o cerámicos, o por lo menos reducen el número de los mismos.
En determinados casos el adulto puede tratarse con aparatos que se usan sólo en casa y para dormir. A mayor complejidad de la deformación a corregir, menos posibilidad de utilizar aparatos estéticos. Sin embargo, un ortodoncista de experiencia, actualizado y con los debidos conocimientos de biofísica, está en condiciones de operar con un mínimo de implementos.
El título habilitante no impide que un odontólogo realice tratamientos ortodóncicos. El límite lo establece el ejercicio de la ética profesional, ya que para especializarse se requieren estudios de posgrado, teóricos y prácticos. La capacitación correspondiente se realiza en la Facultad de Odontología, en el Círculo Odontológico, en el Ateneo o en la Asociación de Odontología Interdisciplinaria.
Para la correcta elección de un profesional los interesados pueden dirigirse al Colegio de Odontólogos.
Alcibíades González
Especialista en Ortodoncia y Ortopedia