(Enviada especial) Sergio Omar Turza Nocetti, uno de los tres falsos inspectores del Banco Central que robó 30 millones de dólares en billetes de 500 mil australes del tesoro regional de Rosario, reconoció ayer haber protagonizado la estafa perpetrada el 23 de diciembre de 1992 en un pormenorizado relato donde desvinculó a los empleados del tesoro en Rosario y aseguró que el organizador del golpe, Héctor Tito Rima pagó tres millones de dólares al ex juez federal Néstor Blondi "para hacerlo aparecer como lavador de dinero y no como el que ideó la maniobra".
Rima fue uno de los personajes más nombrados ayer durante la segunda audiencia del juicio oral y público que lleva adelante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal número 5 de Buenos Aires. Pero no fue el único. El ex juez Blondi también ocupó buena parte de la atención de los declarantes (ver aparte).
Una historia oculta
Turza Nocetti contó que el 1º de diciembre de 1992, Gregorio Cachi Collia le contó que Rima quería hacer un trabajo y aspiraba a contar con él. Se reunieron los tres y Tito le propuso a Turza Nocetti "retirar dinero de un banco del interior". Tras conocer detalles de la operación, aceptó.
"Rima me dijo que tenía todo arreglado con el Banco Central y con la gente de Rosario", indicó y apuntó que el conocido estafador le dijo que "sus vinculaciones eran con la cúpula del Central, además de algunos contactos políticos".
El 23 de diciembre, Turza Nocetti fue hasta el aeroparque en el auto del ex diputado justicialista de la provincia de Buenos Aires, Lucio Otegui. "Ese era uno de los que tenía relaciones con Rima. Era amigo de Tito, pero no sé qué otros políticos estuvieron en esto. Y aunque tenga mis sospechas, no lo voy a decir porque no quiero terminar usando un chaleco antibalas toda mi vida. Son tipos muy pesados", argumentó.
Turza Nocetti pensaba cobrar medio millón de dólares por encarnar el papel de falso inspector. "Rima era un mediador entre el Banco Central y yo", afirmó antes de recordar: "Tito dijo que de los 30 millones que íbamos a sacar del Tesoro de Rosario, la mitad iba para la gente del Central".
Según declaró, en principio tenían previsto ir a Rosario y volver a Buenos Aires con el dinero, en un avión de Austral. Pero la máquina se descompuso. "Eso no estaba en los cálculos", afirmó antes de confesar que cuando se enteró de que el avión estaba demorado pensó que la maniobra había sido descubierta. "Entré al baño en el aeropuerto de Fisherton y rompí la credencial mía que estaba hecha a nombre de Torres y la tiré al inodoro", subrayó.
El falso inspector admitió que "los del Tesoro Regional parecían como disminuidos ante la presencia de los inspectores de Central" y puntualizó que "Rima había dicho que los empleados de Rosario estaban dormidos, es decir que no tenían idea de lo que estaba pasando". Es más, Turza Nocetti aseguró a este diario que "los de Rosario entregaron la plata de buena fe, sin imaginar lo que pasaba".
Cambio sobre la marcha
Según el acusado,el plan era bajar las sacas del avión de Austral en el Aeroparque Jorge Newbery y cargarlas en un blindado del Central. Pero el problema con la aeronave los obligó a un cambio. "El otro falso inspector, que usaba el nombre de Shell, habló con Rima y Tito sacó de la galera la idea de alquilar las avionetas".
Turza Nocetti fue quien viajó en una de las dos máquinas hasta el aeropuerto de San Fernando, mientras que los otros dos impostores y el empleado del tesoro de Rosario, Hugo Tenaglia, viajaban a Capital Federal en un remís.
"Es lógico que los empleados de Rosario no me reconozcan. No sólo pasaron más de nueve años. Entonces yo no tenía canas, no estaba tan pelado y además usé barba falsa", describió Turza Nocetti, quien en cambio pudo reconocer anteayer a Tenaglia y al ex gerente del Tesoro Regional, Norberto Schiavetti.
El acusado reconoció haber cobrado 180 mil pesos como parte del dinero prometido y con los billetes de 500 mil australes que le entregó Rima compró un auto que puso a nombre de otra persona. Junto con Turza Nocetti, el ex diputado Otegui también adquirió otro vehículo que puso a nombre de un tercero. Otegui ni siquiera estuvo imputado en la estafa.
La Ciudad
