Año CXXXV
 Nº 49.392
Rosario,
sábado  16 de
febrero de 2002
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Hubo cerca de dos mil manifestantes
El cacerolazo de los viernes terminó con vidrios rotos en Rosario
Causaron destrozos en McDonald's y el banco Francés

Cerca de dos mil manifestantes autoconvocados recorrieron anoche el centro de Rosario con un nuevo cacerolazo, aunque a diferencia de otros viernes no sólo hicieron sentir su bronca a viva voz sino que también ocasionaron destrozos en bancos y locales de la zona.
La protesta comenzó a las 20, con unas 1.500 personas haciendo sentir sus cacerolas en el Monumento Nacional a la Bandera, para luego marchar por peatonal Córdoba. Una hora más tarde, al llegar a McDonald's, un grupo de manifestantes rompió algunas de las vidrieras del local que continuaba atendiendo al público, para luego quemar un ataúd con una bandera estadounidense con la leyenda "Fuera FMI".
También causaron destrozos en la sede local de la Banca Nazionale del Laboro (BNL), donde rompieron la puerta de ingreso y lograron llegar hasta el interior de la entidad, a pesar de la protección de chapas de zinc con la que cuenta desde hace unos días. También en la sede de Aguas Provinciales, en San Martín y San Juan, destrozaron dos vidrios del frente.
El número de manifestantes se fue incrementando a medida que la columna avanzaba por las calles céntricas, hasta llegar a ocupar unas tres cuadras. De regreso al Monumento se registraron algunas escaramuzas y corridas cuando se encontraron con el numeroso personal policial apostado en Sarmiento y Córdoba, y finalmente el banco Francés fue nuevamente objeto de la rabia de los manifestantes, quienes rompieron algunos vidrios.
Las pintadas no estuvieron ausentes. Los manifestantes dejaron su huella impresa en los bancos del microcentro, con leyendas como "ladrones" y "ratas apestosas".
Al grito de "que se vayan todos", convertido en slogan de los cacerolazos, la marcha llegó hasta el Concejo Municipal. Incansables y sin dejar de batir implementos de cocina y redoblantes, la columna se acercó a la medianoche hasta las puertas de canal 5, aunque el frío de la noche terminó por reducir considerablemente el número de manifestantes.

De las asambleas a Plaza de Mayo
Mientras tanto, en Capital Federal, a los habituales manifestantes de los viernes se sumaron piqueteros, desocupados alineados a la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y las Madres de Plaza de Mayo, que al cierre de esta edición continuaban haciendo sentir sus reclamos frente a la Casa Rosada.
Esta vez el cacerolazo no comenzó espontáneamente en los barrios porteños sino que fueron las asambleas vecinales las que motorizaron las protestas, acompañadas por organizaciones de izquierda y otras agrupaciones, como centros de estudiantes universitarios, cooperativistas y la CTA.
El cartel pintado sobre el Cabildo sintetizaba el espíritu de la concentración masiva y diversa: "Piquete y cacerola la lucha es una sola". Estaban las familias de siempre, pero esta vez hubo más banderas partidarias. No obstante, la mayoría se identificaba con agrupaciones barriales.
Si bien hasta la medianoche no hubo incidentes, la policía reforzó el operativo de seguridad en la zona del Congreso y la Plaza de Mayo.
Al mismo tiempo, un grupo de vecinos del barrio Las Cañitas organizó un escrache frente al domicilio particular del ex ministro radical Rodolfo Terragno, al que se sumaron ocasionales automovilistas con sus bocinas.



El banco Francés exhibe las huellas de la bronca.
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