Año CXXXV
 Nº 49.358
Rosario,
domingo  13 de
enero de 2002
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El actor conduce los jueves en TV "Un aplauso para el asador"
Roberto Pettinato: "El humor argentino siempre fue cínico"
El músico cuenta cómo nació la idea del programa producido por Adrián Suar

Rodolfo Montes

Entre varias propuestas, Roberto Pettinato optó por conducir "Un aplauso para el asador", el nuevo programa de Canal 13 (Canal 3, jueves a las 22) para el convulsionado verano nacional. El músico, redactor, actor y en las últimas temporadas figura de la conducción televisiva, arriesga con una propuesta "de no ficción", según su propia definición, que fue concebida en la cabeza de Adrián Suar y en la suya propia.
En una tarde lluviosa de verano, en los estudios de la calle Colonia en Parque de los Patricios de Buenos Aires, en exclusiva con Escenario, Pettinato recuerda sus buenos tiempos de crítico de rock pero reconoce que ya no podría volver a ese trabajo porque, entre otras cosas, pagan poco dinero. Luego agrega: "Mi sueño es dirigir el Sí de Clarín". A renglón seguido analiza la actualidad de ese suplemento juvenil. En cuanto a lo que dejó el año televisivo, desde el humor, señala que "la situación más graciosa de los últimos tiempos fue el imitador de De la Rúa en el programa de Marcelo Tinelli. Mi sensación siempre fue que en la Casa de Gobierno todos las personas que se cruzaban con el presidente no podían dejar de pensar en el parecido que tuvo con el imitador".
Lo cierto es que Roberto Pettinato y Diego Pérez buscan capturar los mejores momentos del asado y ofrecerlo como entretenimiento televisivo. Así, la nueva propuesta producida por Canal 13, funciona en el precario límite entre la ficción y la realidad. Cuatro invitados acompañarán todas la semanas a los anfitriones: vedettes, cantantes, políticos y deportistas, entre otros. Pettinato juega de tipo calmo y bien intencionado con sus invitados, mientras que Pérez interfiere, poniendo incómodos obstáculos a la charla; generando sorpresas que dejan mal parado al dueño de casa.
La pareja se sabe segura de la propuesta y está muy claro que le sobra química para trabajar juntos. Los interrogantes se plantean alrededor de un esquema intermedio entre la ficción y el típico programa con invitados. Un desafío interesante y peligroso a la vez.
Atentos a la dinámica de una actualidad acelerada que envejece propuestas televisivas en minutos, "Un aplauso para el asador" llega a la pantalla grabado unas pocas horas antes de su emisión al aire. Demasiadas cosas pasaron en el último mes en el país como para hablar de actualidad antes de que las cosas sucedan. "Hubo un caso impresionante, en la última semana del año. El semanario de actualidad con mayor tirada del país salió con una tapa con el ex presidente Rodríguez Saá explicando su plan de gobierno... justo la noche antes al día de su renuncia", recuerda Pettinato. Todos los medios, y no sólo los gráficos, están atentos a esta lección.
"La realidad nacional cambia más rápido que los labios de las actrices", ejemplifica el ex conductor de "Todos al Diván" y ex saxofonista de Sumo, aclarando que se siente desconcertado con la oleada de colágeno que convierte bocas normales en atractivas y sensuales, todo de un día para el otro.
-¿Cuál fue la inspiración de "Un aplauso para el asador"?
-La propuesta de "Un aplauso para el asador" se inspira en parte en "Extraña pareja", aquella propuesta donde hay un personaje obsesivo, algo histérico, que cree venir a salvar la estirpe de una familia que nunca existió.
-¿Elegiste hacer el programa?
-Quiero ser sincero, entre setiembre y octubre tuve cincuenta mil ofertas para hacer cosas. Llamados de América, de Telefé, obras de teatro y de lo que quieras. Fui descartando hasta quedarme con este proyecto.
-El humor sigue siendo lo que más te interesa actualmente...
-Los argentinos tenemos un gran sentido del humor. En la época de la dictadura militar tuvimos revistas como Satiricón, Humor, Mengano, el Ratón de Occidente..., me parece que el humor argentino siempre fue muy corrosivo, muy cínico y con un gran corazón. Es muy raro que la gente maltrate a un humorista en este país.
-¿Las crisis terminales dejan espacio para el humor?
-Siempre es mejor hacer reír a la gente en épocas donde pasa algo, salvo que estemos hablando de una guerra civil donde la gente muera acribillada en las calles. De todos modos, el humor negro argentino es de los más fuertes del mundo. Cuando fueron los atentados a las Torres Gemelas, a los dos días circulaban chistes de Bin Laden.
-¿Cómo llegaron a acotar la idea del programa?
-El programa surgió de la cabeza de Adrián (Suar) y de mi cabeza. Cuando me lo comentó, inmediatamente pensé en Mirtha Legrand con los dientes más grandes... (risas). Mi aporte fue proponer la relación entre dos personas que se ven obligados a convivir y no se pueden sacar de encima uno del otro.
-¿Qué definición le darías a la propuesta?
-El programa es una comedia de no ficción, porque en verdad no es un programa de ficción pero sí es una comedia donde tendremos cuatro invitados que van a hablar de verdad dentro del programa.
-¿Hay un guión o se improvisa sobre la marcha?
-Tal vez con algunos invitados vayamos a pautar algunas cosas; aunque en general los parlamentos serán auténticos, en tono de comedia. La idea es tener algunas cosas pautadas y el resto improvisar. Cuando tenemos un parlamento muy cerrado nos embolamos y perdemos el interés por el trabajo. Por lo demás, nuestros personajes están algo desplazados de Diego Pérez y Roberto Pettinato, aunque sí conservan los nombres y es probable que la gente no haga demasiado distingo y nos vea como a nosotros mismos, no nos engañemos.
-¿Sos una especie de anfitrión, aunque sin recibir y devolver en los cortes, por ejemplo?
-En esta propuesta no se mira a cámara, es una comedia. No voy a decir "bienvenidos a Un aplauso para el asador..." ni tampoco anunciar "en el próximo bloque tal cosa...". Seremos como anfitriones pero sin tomar una posición fija en la mesa. Habrá circulación por la casa y distintas situaciones, como en una comedia.
-¿Cómo son los roles con Diego?
-Yo no soy el asador y eso me coloca en un rol distinto al que habitualmente hice. No soy el pelotero o el rebotero, que es aquel que interviene y devuelve todo lo que circula en la escena. En este trabajo ese lugar lo toma Diego y yo seré como un tipo más formal y algo desplazado del foco. Vamos a ver como sale, porque por otro lado tampoco puedo ser un tipo serio como Antonio Carrizo, no sería creíble ( risas).
-¿Qué se gana y qué se pierde entre tener a Karina Mazzocco y a Diego Pérez de compañero de conducción?
-Cambié a Karina por Diego por el único interés de probar talles más grandes... En realidad, Adrián Suar propuso que trabajemos juntos, él visualiza que funcionamos bien y que será atractivo para la gente. Esperamos que acierte.
-¿Hay un eje temático en los programas?
-Estamos pensando, en cuanto a lo temático, por un lado meter actualidad y por otro algo de lo que hacíamos en "Todos al diván", en cuando a revelar las manías de las personas o ciertas conductas privadas desconocidas de los famosos. De todos modos, el criterio es primero confirmar el invitado y luego decidir de qué hablamos. Sin dudas, los temas serán variados, como surgen en un asado, aunque dándole el interés televisivo. No podemos comer y tomar como en un asado verdadero.
-¿Cómo tomaste la propuesta, en el inicio?
-Cuando después de los cuarenta te toca conducir una mesa con gente comiendo, es el principio del retiro...(risas). Pero, ojo, esto puede durar veintisiete años.
- En otro orden de cosas, ¿tu relación con la música se desarrolla a vuelo bajo?
-Va muy bien, aunque musicalmente creo en los trabajos independientes, sobre todo de las discográficas. Siempre le digo a todos los músicos que se inician, que no existe la más mínima necesidad de ir a una discográfica para grabar un disco, editarlo y promocionarlo. Por lo general van a que le roben la plata, como me la robaron a mí y a Sumo. Me parece que en forma independiente se pueden hacer cosas interesantes sin traicionar lo que uno tiene ganas de hacer.
-¿Aunque vendas menos discos?
-Nunca tuve interés de triunfar con la música, de producir un hecho comercial fuerte. Nací en un grupo underground y me voy a morir haciendo una música extraña. Del otro tipo de música ya se encargan todos los demás.
-¿Cómo ves este momento de la música popular?
-La música popular siempre fue igual, incluyó cosas distintas. Ahora está Bandana en Argentina, antes Los Bee Gees; pero mientras estaban los Bee Gees también estaba Jimi Hendrix.
-¿Te gustaría volver a analizar el rock desde un medio gráfico?
-Me encantaría volver a escribir críticas de rock. Lo que pasa es que se paga tan poquito que no puedo. No puedo trabajar por tan poco dinero. Mi ilusión máxima sería dirigir el suplemento Sí de Clarín. Siempre me pregunto quién duerme más a los chicos, De la Rúa, el rock chatarra, las drogas o el suplemento Sí de Clarín. Es algo increíble ese suplemento, no pasa nunca nada. Lo más jugado que tiene son un par de direcciones de Internet en la contratapa, donde te sugieren "si querés ser un pibe moderno andá a www..."
-Dicen que los diarios se van copiando de la televisión...
-Depende, siempre se puede hacer algo distinto.



"No puedo ser un tipo serio como Antonio Carrizo".
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