Año CXXXV
 Nº 49.339
Rosario,
domingo  23 de
diciembre de 2001
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Piden al gobierno por una orden judicial
Cuatro jueces solicitaron la conmutación de pena para Valeria Godoy. El Ejecutivo provincial no respondió

Valeria Godoy tiene 20 años y una densa historia de vida signada por el maltrato y el abandono. El año pasado un juez la condenó por un robo que cometió en compañía de su novio. Y aunque cuatro jueces penales le pidieron al Ejecutivo provincial que le conmutara la pena, ya lleva dos años presa sin haber sido beneficiada por una reducción de la condena.
El caso de Valeria no fue anónimo. En octubre de 2000, su historia se convirtió en noticia cuando el juez de Sentencia Antonio Ramos, en un fallo poco usual, la condenó a prisión por un robo pero a la vez le pidió al Estado provincial que la dejara en libertad.
Sin embargo, un año después de ese pedido, Valeria sigue detenida. "Tiene conducta ejemplar y goza de salidas transitorias, pero el pedido de la Justicia quedó en una expresión de deseo porque todavía no le conmutaron la pena", refirió el defensor de la joven, Vital José Fulladoza. "Este no fue un caso más. Tuvo una gran repercusión pública, pero aún así nadie cumplió el pedido de los jueces", cuestionó.
La chica no tenía antecedentes penales, no había completado la escuela primaria, era adicta a las drogas y carecía de contención familiar. El 10 de noviembre de 1999, su novio la llevó con él a robar. Ella tenía un arma en la cintura. Entraron a un negocio de Polledo al 2000, el chico le extrajo el arma y asaltó a los comerciantes. El era menor de edad, por eso no lo condenaron. A ella le correspondieron 5 años de prisión: la pena mínima contemplada por el Código Penal para los casos de robos cometidos con armas.
Aún así, al juez Ramos la pena le parecía excesiva. Entendía que la joven no era la única culpable de haber llegado a delinquir, sino que existieron causas sociales que la llevaron a cometer el robo. Y que el Estado era, en gran medida, responsable de la historia de abandono, falta de educación y de contención que había vivido la joven.
Por eso requirió al Ejecutivo provincial -la conmutación de penas es una facultad privativa del gobernador- que le redujera la pena. Tres jueces de la Cámara de Apelaciones coincidieron con el criterio del magistrado y propiciaron la reducción de la condena. Consideraban que el encierro no sería favorable para la recuperación de la joven.
Según Fulladoza, las autoridades penitenciarias le habían asegurado que la joven quedaría en libertad en el mes de mayo, durante una reducción masiva de penas, pero la promesa quedó en el aire ya que la conmutación no se concretó. Y aunque la chica está incluida en la lista de detenidos en condiciones de ser beneficiados por la conmutación que actualmente examina el Ministerio de Gobierno, Fulladoza teme que el pedido de los jueces tampoco se concrete esta vez.
"Realmente es una lástima que siga detenida porque el cambio que hizo esta chica es increíble. Yo tomé esta causa por una cuestión casi personal, porque vi que a pesar de haber sufrido mucha ella quería recuperarse", confió el letrado.


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