Año CXXXV
 Nº 49.339
Rosario,
domingo  23 de
diciembre de 2001
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Vientos belicistas entre India y Pakistán

Alessandro Logriscino

Peshawar, Pakistán.- India y Pakistán, dos potencias nucleares asiáticas que ya han librado tres guerras, comenzaron a ubicar importantes contingentes de tropas en la frontera en un nuevo recrudecimiento de la tensión. Después de las acusaciones mutuas de los últimos días, el blindaje de la frontera común y el despliegue de fuerzas ambos países pasaron al enfrentamiento armado. La situación se confirmó en ambos frentes, pero por ahora se trata de episodios limitados que sólo sirven de telón de fondo a un nuevo clima de tensión generado por el sangriento ataque del 13 de diciembre contra el Parlamento de Nueva Delhi, obra de militantes islámicos.
Las acusaciones son cada vez más encendidas y, en las últimas horas, la India que acusa a Pakistán de defender a los grupos rebeldes islámicos de Cachemira y proteger a los responsables del ataque del 13 de diciembre, retiró a sus representantes diplomático en Islamabad. Una movida que irritó profundamente al presidente paquistaní Pervez Musharraf. "Deploramos este acto arrogante y desconsiderado del gobierno indio", afirmó el general Musharraf desde Pekín donde se encuentra desde el viernes de visita con el objetivo de obtener el apoyo de parte de China, socio tradicional de Islamabad.
Lo que más preocupa a la comunidad internacional son las tensiones militares que se agudizaron en las últimas horas en la frontera indo-paquistaní, una amenaza potencialmente destructiva para una región que ya tiene serios problemas debido a los que existen en el nada lejano polvorín afgano. Nueva Delhi, que desde el viernes interrumpió las comunicaciones terrestres con Pakistán, colocó tropas a lo largo de la línea de control, en los márgenes de Cachemira, y en la frontera con las regiones paquistaníes del Punjab y del Sindh, acusó ayer Islamabad.
Se trata sólo de una "respuesta defensiva" a anteriores desplazamientos de lo que queda de las tropas paquistaníes, replicaron fuentes oficiales indias. Los resultados, en cualquier caso, son ya evidentes. Un portavoz militar paquistaní habló de "intercambios de disparos de morteros y de artillería" a lo largo de la línea de control, culpando a India de haber disparado primero. Representantes de Nueva Delhi en cambio refirieron algunas escaramuzas, pero con armas livianas.
Por su parte, el mariscal Mushaf Ali Mir, comandante de la aviación paquistaní, advirtió que su país está dispuesto a tomar "adecuadas contramedidas militares".
En realidad, la mayoría de los analistas considera por ahora improbable que se produzca un conflicto con todas las de la ley por el solo hecho de que ambos contendientes no parecen poder permitírselo. Pero los cambios en el escenario internacional, caracterizado por un acercamiento de la India a EEUU y por un debilitamiento del rol geoestratégico de Pakistán, podría alentar a los sectores más belicistas del país. "India no puede mantener relaciones normales con un Estado terrorista como lo es Pakistán", dijo el comentarista indio Brahma Chelleney, haciendo eco a su gobierno que ordenó a Islamabad la entrega del líder de los grupos islámicos Jeish-e-Mohammad y de Laskhar-e-Yaiba que, según Nueva Delhi, habría organizado el atentado del 13 de diciembre. (Ansa)


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