Año CXXXV
 Nº 49.337
Rosario,
viernes  21 de
diciembre de 2001
Min 21º
Máx 29º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





El estallido. El conflicto promueve una crisis que desata la "atrofia del porvenir"
Los saqueos como fenómeno social derriban arraigadas barreras éticas
Las situaciones de desborde hacen que la gente pierda noción de los parámetros habituales de conducta

En los últimos días, los desbordes mostraron una imagen totalmente distorsionada de las pautas de conducta observadas como rectoras de la sociedad. Así, pudo verse a personas que tomaban parte activamente en saqueos aunque al mismo tiempo negaban que estuviesen cometiendo un acto ilícito. Diferenciaban el saqueo del robo, como si las causas distintas que motivaban esas acciones le diesen un estatus legal, o no.
El jefe del departamento de Salud Mental del Hospital de Clínicas porteño, Rodolfo Fahrer, mencionó los hechos de desborde social producidos en las últimas horas y explicó las reacciones de la gente frente a "estas situaciones de angustia, incertidumbre y exceso de stress" y advirtió sobre los peligros de caer en "una atrofia del porvenir".
Para Fahrer, "la salud del individuo hay que entenderla como una integración bio-psicosocial, que se altera ante situaciones de desorden como una crisis institucional, económica y de liderazgo". Puntualizó que "ante situaciones de desborde o de desorden social se produce un desorden que exige una nueva adaptación cuando estos factores de riesgo o factores de stress son excesivos".
En esas circunstancias "la persona no puede manejarse con todos los recursos como lo hace habitualmente, y es así como observamos las imágenes de desesperación de la gente saqueada o del desborde de otras personas que en un contexto diferente no son saqueadores".
"Por eso cuando un periodista le preguntó a un hombre que se llevaba todo un paquete de cosas de un supermercado, si se daba cuenta que estaba robando, el hombre le contestó: «No, yo no soy un ladrón, soy un saqueador». Esa es la incertidumbre, se rompió el orden establecido", ejemplificó.
En el caso de la Argentina "es un proceso que estamos viviendo, la situación en el interior del país, el problema económico, la actividad política, falta de credibilidad en los líderes, dirigentes corruptos. Entonces el individuo cae en el descontrol de las pasiones, que están ordenadas en situaciones normales".
"Aquellos que tienen mayor madurez mantienen mejor el equilibrio, o tienen menos necesidades o disponen de más recursos", especificó Fahrer y aclaró: "Es muy distinto saquear supermercados, que un cacerolazo, son reacciones de protesta, pero son reacciones distintas".

Un límite ético
El cacerolazo, consideró el especialista, "fue menos manejado por agitadores, porque la gente, para poder robar tiene que pasar una barrera ética, que todo individuo tiene y ahí es más fácil que actúen provocadores, agentes políticos que utilizan las necesidades del hombre". \"Es distinto agarrar un revólver que agarrar una cacerola, es distinto ir a protestar o a manifestar en la calle, en la Plaza de Mayo o en el Congreso o en la casa de Cavallo. Pero manifestar es muy distinto a las imágenes que vimos de los saqueos, cuando entran a robar televisores u otros aparatos, entonces hay otra cosa, ya hay un desborde", describió Fahrer. "Porque hay algunos ladrones, pero hay mucha gente -que desbordada- pierden la noción y aparece entonces lo que decía ese hombre «Yo no soy un ladrón, soy un saqueador» que introduce una nueva situación, es como que el tiene conciencia de los límites, tiene conciencia de los valores éticos. El no aceptaría ser ladrón, lo condena. Eso es paradigmático", apuntó. \El profesional aseguró que la angustia de estas horas se puede llegar a manejar con un ordenamiento, "que todo se encauce y vuelva a funcionar, que vuelva a haber esperanzas, espectativas y la gente pueda confiar". \"Hay que crear una situación para salir de esta falta de valoración, de normas, la gente está desconcertada. En el hospital, en estos días disminuyó la consulta, la gente está shockeada, la reacción fue quedar paralizada", resumió el médico, también titular de Salud Mental de la Facultad de Medicina. \De acuerdo a sus declaraciones "esto no lo resuelve un psiquiatra o un psicólogo, esto se resuelve con soluciones sociales y económicas". \El peor problema del hombre, remarcó Fahrer, "es la falta de esperanza. También un pueblo que no tiene posibilidades de ver que puede vivir mejor, entra en situación de abandono, de pérdida de valores. La gente termina diciendo «otra vez no va a pasar nada», se entrega, se abandona como la persona que ha sufrido mucho y se deja morir, deja de luchar". \Y destacó luego que la mejor terapéutica en estos casos para el individuo común "es seguir trabajando, seguir haciendo lo que uno siempre ha hecho. La cuestión es no abandonarse a la desesperanza. Que no haya lo que alguno denominó «una atrofia del porvenir»". (Télam)



Los saqueos serían un "descontrol de las pasiones".
Ampliar Foto
Notas relacionadas
Para García Hamilton fue una protesta sorpresiva
Diario La Capital todos los derechos reservados