Roma/Kabul/Nueva York. - El gobierno provisional afgano aceptó que una fuerza internacional de paz compuesta por 5.000 hombres se despliegue en su territorio a partir de la asunción del mandatario interino Hamid Karzai el próximo 22. Según declararon responsables del ministerio de Defensa afgano el contingente militar tendrá la única tarea de mantener la paz. Paralelamente en Nueva York, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas hicieron ayer un nuevo esfuerzo para tratar de cumplir con el plazo para llegar a un acuerdo sobre una resolución que autorice una fuerza internacional de paz para Afganistán.
La fuerza de paz debería comenzar a funcionar el sábado, cuando el nuevo gobierno provisional afgano deberá entrar en funciones, y ya Gran Bretaña decidió enviar de inmediato una avanzada de 200 soldados. Sin embargo, aún no se ha distribuido el texto de la resolución entre los representantes de las 15 naciones miembros del Consejo de Seguridad, que normalmente necesitan 24 horas como mínimo para aprobar el documento.
Diplomáticos occidentales dijeron que esperaban que los cinco miembros permanentes -Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia y China- tendrán listo el proyecto de resolución para que pueda ser circulado durante la Asamblea General de la ONU que comenzará hoy. Rusia, que ha expresado desacuerdos sobre el mandato y el tamaño de la fuerza de paz, es una de las causas principales del retraso en la elaboración del texto del proyecto de resolución.
El gobierno de Moscú, que al principio dijo que no deseaba que se estableciera una fuerza de paz en Afganistán, aceptó finalmente el envío de soldados extranjeros al país, pero señaló que quería un mandato de menos de seis meses, sujeto a renovaciones periódicas, explicaron los diplomáticos.
Los lineamientos de la fuerza
Otro problema es la descripción de las atribuciones del mandato, que en un principio tiene sólo el objetivo de proteger a Kabul y sus alrededores. Los diplomáticos dijeron que Gran Bretaña -el país que comandará la fuerza de paz- no desea que el proyecto entre en detalles complicados que podrían restar capacidad operativa al contingente multinacional.
Estados Unidos no está ansioso porque comience el despliegue de las tropas, mientras continúa su campaña militar contra la red Al Qaeda del militante islámico Osama bin Laden, a quien Washington acusa de ser el responsable de los atentados del 11 de septiembre, que dejaron más de 3.000 muertos.
En tanto, Hamid Karzai, el hombre que tratará de liderar la transición de Afganistán tras el derrocamiento de los talibanes, expresó ayer que las facciones rivales de las fuerzas anti-talibanas deben estar preparadas para servir unidas bajo un solo ministerio de Defensa. "Ellos son parte de Afganistán. Tenemos un ministerio de Defensa y al final, todas las fuerzas en Afganistán deben estar bajo el ministerio de defensa", expresó Karzai, jefe de un gobierno interino que asumirá el poder el 22 de diciembre.
Muchos de los grupos que integran la opositora Alianza del Norte fueron alguna vez enconados enemigos, y aceptaron unirse sólo para combatir a los talibanes. Aún están frescas las memorias del conflicto étnico a inicios de los años de 1990, cuando las batallas callejeras entre tayikos y hazaras, uzbekos y pashtúns redujeron a escombros gran parte de Kabul.
Karzai, quien llegó a Roma el lunes por la noche y realizó reuniones por separado con el ex rey afgano Zahir Shah y líderes italianos, entre ellos el primer ministro Silvio Berlusconi. Karzai ha sido designado para encabezar un gobierno interino que administrará a Afganistán durante seis meses, allanando el camino a un gobierno de transición de dos años.
Karzai, en Italia con el ex rey
"Espero que las cosas vayan sin contratiempos. Hasta ahora han ido bien. Esperemos lo mejor", expresó mientras salía de su hotel para comenzar sus actividades. El principal propósito de su visita de dos días fue reunirse con Shah, quien ha vivido exiliado en Roma desde 1973. El ex rey es visto como un elemento clave en tratar de unificar a los afganos, al menos simbólicamente.
Shah debe regresar a Afganistán el año próximo para abrir una Loya Jirga -asamblea popular- con vistas definir el futuro del país como parte de un plan de paz patrocinado por la ONU. Desde el inicio de la campaña militar estadounidense en Afganistán, representantes de varios gobiernos han estado tocando la puerta de Shah para pedir su consejo sobre el futuro de Afganistán. (Reuters, Télam y DPA)
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