Año CXXXV
 Nº 49.335
Rosario,
miércoles  19 de
diciembre de 2001
Min 20º
Máx 33º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






Antes y durante el embarazo
Una adecuada ingesta de vitaminas y minerales previene anomalías fetales

Los defectos que alteran el cierre del tubo neural en el feto junto con las cardiopatías congénitas son las causas más frecuentes de discapacidad. Al respecto, el obstetra Guillermo Carroli, director del Centro Rosarino de Estudios Perinatales (Crep), dijo a La Capital que "una forma de prevenirlos es mediante la ingestión de ácido fólico en la etapa preconcepcional".
Para evitar las alteraciones en el normal desarrollo del embarazo es necesario tomar medidas antes y durante del embarazo. "Consumido antes del embarazo, el ácido fólico previene la malformación del tubo neural. Mientras que, durante el desarrollo del feto, la suplementación de hierro y ácido fólico elimina el riesgo de anemia en la mujer que espera un bebé", explicó Carroli.
Se denomina folato a la forma en que esta vitamina del complejo B se encuentra en los alimentos de manera natural y ácido fólico a la forma en que se encuentra en los suplementos con vitaminas y minerales o en los alimentos fortificados junto con las vitaminas B6 y B12. Esta vitamina es relevante ya que colabora en prevenir defectos que se pueden producir en el sistema nervioso del recién nacido.
Los alimentos naturalmente ricos en folatos son los jugos cítricos, las verduras de hojas verdes, los productos de granos y las lentejas, arvejas, maní y porotos.
Si bien los alimentos aportan vitaminas y minerales, no aportan las cantidades necesarias para cubrir los requerimientos necesarios. Por eso es recomendable que las mujeres aumenten la ingesta de los mismos con complementos multivitamínicos, es decir, de manera sintética.

Vitamina A
La vitamina A es imprescindible para el crecimiento normal del bebé y para asegurar sus reservas al momento del nacimiento. Se encuentra en los alimentos de origen animal, en los vegetales con hojas de color verde intenso, en la zanahoria y en frutas.
Las vitaminas del complejo B son indispensables para la formación del sistema nervioso y ayudan a degradar a los hidratos de carbono, a las proteínas y a las grasas para que puedan ser utilizados por el organismo.
La vitamina C es fundamental para la formación del colágeno, sustancia que le da estructura a los músculos, tejidos vasculares, huesos y cartílagos. Se la encuentra en cítricos, tomate, papa, brócoli, frutillas y kiwi.
La vitamina D ayuda a que el calcio y el fósforo se absorban y se depositen en los huesos, contribuyendo así a la salud de los mismos. Se halla en la leche, los pescados de agua salada, como sardinas, arenque y salmón.
La vitamina E es importante por su acción antioxidante ya que protege al organismo de los radicales libres presentes normalmente en la polución ambiental, en el humo del cigarrillo y en la luz ultravioleta. Se encuentra en el aceite de germen de trigo, en las verduras y el pan integral.

Minerales varios
El calcio juega un rol muy importante en el crecimiento del bebé, ya que durante el tercer trimestre del embarazo se deposita la mayor cantidad de éste en su esqueleto en formación. Se encuentra en la leche, en los quesos duros y en el yogur.
El hierro forma parte de la hemoglobina del organismo, que tiene como función específica transportar el oxígeno de los pulmones a los tejidos. Se halla en las carnes rojas, hígado, lentejas, berenjenas, espinaca, huevo.
Durante el embarazo una baja ingesta de zinc podría aumentar el riesgo de partos prematuros o de recién nacidos que sean más pequeños que lo normal. Lo contienen la carne, los mariscos, el queso y los cereales.
El magnesio colabora en la utilización de los macronutrientes, interviene en la contracción muscular y en la formación ósea. Los alimentos que lo contienen son pan integral, cacao, soja, espinaca, banana.

Bajas reservas
Las mujeres que comen en forma deficiente durante el embarazo manifiestan una tendencia a sufrir más complicaciones que las que están bien nutridas.
Puede suceder que el feto sufra defectos del cerebro y la médula espinal, de fácil prevención, como la anencefalia o espina bífida. La primera es una anomalía en la que falta la mayor parte del cerebro del bebé porque no se desarrolla, y en general el bebé no sobrevive. La espina bífida es una anomalía en la que parte de una o más vértebras no se desarrolla por completo, dejando sin protección una porción de la médula espinal.
El riesgo de tener un bebé con espina bífida está estrechamente ligado a una deficiencia del folato (ácido fólico) en la dieta, en especial al comienzo del embarazo. Esta es la razón por la cuál es tan importante la ingesta de esta vitamina antes y durante el embarazo.



El fosfato evita problemas a la futura mamá.
Ampliar Foto
Notas relacionadas
Energía suplementaria
Diario La Capital todos los derechos reservados