Año CXXXV
 Nº 49.332
Rosario,
domingo  16 de
diciembre de 2001
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El actor creció a través de los personajes de las tiras de Pol-ka
Mariano Martínez: "La televisión no es una presión"
Aseguró que puede disfrutar de su trabajo a pesar de ser demasiado perfeccionista y detallista

Carolina Taffoni

A los 23 años Mariano Martínez parece uno de los actores fetiche de Pol-ka, la productora capitaneada por Adrián Suar que cambió los códigos de la ficción en la televisión argentina. Primero se dio a conocer como un chico de barrio futbolero en "RR.DT", después se consagró como el Valentín de "Campeones", en el papel de un entrañable boxeador recién iniciado, y este año sorprendió como un policía joven, rebelde y drogadicto en "22 (el loco)".
Con su imagen de chico de barrio algo retobado pero finalmente sensible, del que se enamoran las madres cuarentonas hasta sus hijas adolescentes, Mariano Martínez se metió en el bolsillo, con un simple guiño de ojo, a los que siguen los programas de Adrián Suar como si se trataran de una costumbre nacional. Ahora, con unas cortas vacaciones de por medio, se prepara para actuar en "Son amores", una nueva comedia de Pol-ka, en la que compartirá cartel con Miguel Angel Rodríguez, Nicolás Cabré, Millie Stegman y Laura Azcurra, entre otros.
En charla con Escenario, el actor se definió como muy detallista y perfeccionista, admitió que le gustan los personajes rebuscados, aseguró que con el éxito se pierde un poco de libertad y dijo que es tan importante estudiar teatro como dejarse llevar por los instintos.
-¿Cómo pasaste del Valentín de "Campeones" al Alejandro Pereira de "El 22"?
-Los personajes son totalmente distintos. Yo sabía que la gente los iba a comparar, pero nunca le tuve miedo a las comparaciones. Valentín fue muy fuerte, porque "Campeones" anduvo muy bien y a mí me encantó que el personaje haya quedado marcado. Pero también sabía que yo daba para más y podía hacer algo distinto. A mí me gustan más los papeles rebuscados que los de comedia.
-¿Cómo te preparaste para el personaje?
-Me preparé mirando muchas películas policiales como "Fuego contra fuego", "Caracortada" y "El diario de un adolescente", una película muy buena protagonizada por Leonardo DiCaprio. También tuve que aprender a manejar armas, así que fui a un polígono para practicar tiro. Yo siempre le tuve respeto a las armas, nunca me gustaron demasiado. El primer día que tuve que tirar me temblaban las manos del miedo. Después te acostumbrás.
-¿Sentiste algún tipo de prejuicio cuando te dijeron que ibas a interpretar a un policía drogadicto?
-No, porque esos personajes son muy ricos para un actor. Ahí realmente tenés que interpretar algo, nunca podés jugar a ser de vos mismo.
-¿El personaje era uno de los malos de la película?
-No, nadie es malo o bueno. El personaje tenía valores muy claros, y además, a lo mejor inconscientemente, estaba actuando por venganza. Era un personaje que no encontraba salida para muchos de sus problemas.
-¿Era más fácil interpretar al boxeador novato de "Campeones"?
-No, no era más fácil, pero yo, por mi personalidad y mis costumbres, estaba más cerca de ese rol. Valentín tenía mi edad, era de barrio, y si bien yo no practico boxeo me gustan las artes marciales. No soy un superatleta pero me doy maña para los deportes. Además, después de hacer el personaje, me copé con el boxeo y lo seguí practicando, pero nada más como un hobby.
-¿El formato de comedia costumbrista está un poco agotado en Pol-ka?
-No, creo que la gente todavía se siente muy identificada con las comedias de Pol-ka, porque se puede reír de sus propios problemas. Además las temáticas de los libretos se van renovando.
-¿Cómo sobrellevás la presión del trabajo diario en una tira?
-Para mí la televisión no es una presión. Además, como me gusta hacerlo, no es ningún sacrificio, es una diversión. A veces me pongo presión porque yo soy demasiado detallista y perfeccionista, y me amargo si algo no sale como yo quiero. Pero con el tiempo te acostumbrás a que en una tira hay algunas escenas que te gustan y muchas que no te conforman.
-¿Cómo es trabajar con el jefe?
-Adrián (Suar) es bárbaro, es un compañero de primera, nos cagamos de risa cuando trabajamos. En ningún momento él se pone en la posición de jefe, lo sabe, pero actúa como un compañero más, no crea ninguna distancia. Adrián es tal cual se ve, es un tipo transparente. Yo soy respetuoso con él como lo soy con todas las personas, porque una cosa es ser respetuoso y otra es ser un chupamedias.
-¿Te imaginás trabajando fuera de Pol-ka?
-Yo creo que nada es para siempre. Ahora estoy trabajando en Pol-ka y me encanta, porque es un lugar ideal para desarrollarse como actor. Me encantaría seguir trabajando ahí porque los productos son buenos y porque saben cómo tratar al actor. Pero en algún momento tal vez no me necesiten más, o yo no los necesite más a ellos. Nunca se sabe qué puede pasar mañana.
-¿Participarías en un reality show?
-No creo. Yo no miro los reality shows, pero hay que reconocer que tienen un atractivo, por algo la gente los sigue y para la televisión son un buen negocio. A lo mejor, si estuviera en otra situación, si estuviera sin trabajo, participaría en un reality show. No conviene nunca decir nunca porque la vida da mil vueltas. El reality de los actores fue muy cuestionado, pero yo no lo juzgo. También hay que entender la situación de los que estaban ahí adentro, que tal vez no tenían un mango. Verla de afuera siempre es muy fácil.
-En la película "Sólo por hoy" interpretaste a un veinteañero escéptico y desilusionado, ¿creés que esa generación es así?
-Sí, todos los personajes de "Sólo por hoy" tienen algo de Equis, mi personaje. Son pibes que están tristes, indecisos y cansados, pibes que critican y hacen muy poco para cambiar las cosas. Yo tengo amigos que viven así y es un bajón. Pero es una realidad y hay que aceptarla.
-¿Por qué no se puede cambiar esa realidad?
-Porque hay cosas que no dependen de uno. El país está en una crisis económica terrible y nadie parece estar conforme con el gobierno que tenemos. Hay cambios que se dan todos los días y uno no los elige. La gente se la pasa hablando de la inseguridad, del riesgo país, los cheques, los patacones, la cuenta corriente, el plazo fijo. Yo creo que eso no es normal. Ahí hay algo que está fallando. Vos podés ser el tipo más alegre del mundo, pero todo eso te tira abajo por más que no quieras.
-¿Alguna vez pensaste en irte del país?
-Sí, a veces se me pasa por la cabeza, pero el problema es que yo me voy una semana y extraño. Ahora, si no tengo trabajo, y de afuera me ofrecen algo, es seguro que me voy. Dicen que lo peor que hay es el destierro, pero a mí me parece que es mucho peor quedarse sin laburo.
-¿En cuáles de los programas por los que pasaste aprendiste más como actor?
-En todos. Al principio, en "La nena", Pepe Soriano me ayudó muchísimo, fue un maestro. De Carlín (Calvo) también aprendí mucho. Yo soy muy observador y siempre rescato algo de los que trabajan conmigo.
-¿Estudiaste teatro?
-Sí, no todo lo que debería, pero sí. Es importante estudiar, pero a veces también hay que dejarse llevar por los instintos, no hay que perder la naturalidad y la frescura. El año que viene pienso volver a estudiar.
-¿Qué ganaste y qué perdiste con el éxito?
-Gané el reconocimiento de la gente, experiencia y dinero. Todo eso me hizo feliz. También se pierde un poco de libertad, porque los demás te ven solamente como una persona pública. La gente por la calle me reconoce, pero no me molesta. Todos me elogian, y eso te carga las pilas como actor.
-¿Te considerás un galán?
-Yo no me considero, pero por la reacción de las mujeres puede ser que sea un galán. Antes, cuando era más pendejo, más boludón, eso me molestaba. Después aprendí que todo lo que suma está bien.
-¿Qué materia pendiente tenés como actor?
-Me resta seguir con las clases de teatro y crecer como actor cada día. Yo siento que puedo dar mucho más, todavía estoy muy lejos de mi techo.



Martínez se prepara para actuar en "Son amores".
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