Año CXXXV
 Nº 49.331
Rosario,
sábado  15 de
diciembre de 2001
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Asesinato en la zona rural de Villa Gobernador Gálvez
Fueron a robar cerdos a un criadero y mataron de un balazo al cuidador
Un hombre de 57 años murió al enfrentar a un grupo de delincuentes, que consiguieron darse a la fuga

La cena estaba prácticamente lista cuando Marcos Rodríguez y Delia González, los cuidadores de un criadero de cerdos ubicado en la zona rural de Villa Gobernador Gálvez, escucharon el chillido de unos teros. Fue como una alarma inconfundible que sonaba frente a la presencia de intrusos. Entonces el hombre tomó una vieja escopeta y se fue corriendo hasta el chiquero, convencido de que se iba a encontrar con ladrones. Pocos segundos después se sintió un disparo lejano y Rodríguez regresó hasta la precaria casilla con una herida sangrante en el pecho. Una bala le había atravesado un pulmón y murió antes de que pudiera recibir atención médica.
"Me balearon; son tres o cuatro", alcanzó a balbucear Rodríguez mientras Delia lo atajaba en sus brazos y lo hacía sentar en el piso. Según dijeron fuentes policiales, el crimen se desencadenó cuando un grupo de ladrones llegó hasta el criadero ubicado a la altura del kilómetro 4 de la ruta provincial 18 e intentó llevarse unos porcinos. Los autores del hecho hasta ayer no habían sido identificados, aunque se cree que serían de la zona. El sitio del crimen es netamente rural y el criadero se encuentra sobre un camino de tierra en muy mal estado que conecta esa vía de comunicación con la autopista Rosario-Buenos Aires.
El dueño del lugar es José Gervasio Madera, un rosarino que lleva diez años en el negocio y que había contratado a Rodríguez como sereno o cuidador a cambio de comida y un techo donde vivir. El lugar tiene las mismas características de muchos criaderos de la zona aledaña a Rosario y en todo el predio pululan gallinas, cerdos, perros y gatos en medio de una gran variedad de residuos y excrementos.
La víctima del homicidio, de 57 años y oriunda de Corrientes, tenía un hermano en Villa Gobernador Gálvez. Cuando se desencadenó el crimen, Rodríguez compartía la casilla de chapa y madera con Delia, una vieja conocida de Madera que también lo ayuda en distintas tareas. Delia y Marcos no eran pareja, según los propios dichos de la mujer y del dueño del criadero. Marcos había llegado a ese lugar en busca de techo y comida a cambio de trabajo y justamente la tarea que le habían encomendado era la de cuidador.
Cerca de las 22 del jueves, la mujer preparaba la cena y Marcos tomaba un vaso de vino. Los dos estaban solos porque el dueño se había retirado unos minutos antes. De golpe, el grito de unos teros que provenía desde el corral los alertó de que alguien merodeaba entre los chanchos. El cuidador tomó una vieja escopeta y salió para ver qué sucedía.
El hecho se produjo cuando Rodríguez intentó poner en fuga a los ladrones haciendo un disparo. Al parecer su arma se trabó y en represalia recibió un balazo por la espalda que le perforó un pulmón. Rodríguez alcanzó a regresar hasta el rancho y apenas pudo decir que había visto a "tres o cuatro hombres" que estaban robando cerdos. Delia abrazó al herido, lo hizo sentar en el piso y después salió a buscar ayuda. "Vi a uno de los tipos que todavía estaba en el chiquero. Tenía tanto miedo que empecé a correr hacia la casa de una vecina", recordó la mujer, de 61 años. "Yo me fui a buscar ayuda, pero los ladrones se quedaron en el corral", agregó.
Cuando llegó la policía y bastante después una ambulancia, Rodríguez ya había fallecido. José Madera comentó que no pudo calcular cuántos cerdos le habían robado. Ayer a la mañana había recuperado diez, que aparecieron sueltos por los campos aledaños.



Delia González junto al dueño del criadero.
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