Año CXXXV
 Nº 49.331
Rosario,
sábado  15 de
diciembre de 2001
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Una canción para exorcizar el dolor
Bob Geldof admitió que en su nuevo álbum aborda su trágico pasado
El músico británico dijo que con su nuevo disco, "Sex, Age and Death", intenta elaborar sus frustraciones

Caroline Bock

Fue como una tragedia de Shakespeare, o al menos así es como describe su vida en los últimos años Bob Geldof.
Su mujer, la presentadora de televisión Paula Yates, lo dejó por el cantante de INXS Michael Hutchence. Este se ahorcó en 1997 en una habitación de hotel de Sydney, mientras que Yates, siempre rodeada de escándalos, murió en septiembre de 2000 de una sobredosis.
Durante mucho tiempo, Geldof no pudo hablar de esta terrible época, en la que pasó de ser conocido como músico y recaudador de fondos para causas benéficas (Live Aide) a convertirse, tal como publicó The Guardian, en el "marido engañado más famoso del país".
Ahora, Sir Bob habla por primera vez de lo "inexpresable", como él mismo lo llama. "Sex, Age & Death" es un álbum íntimo lleno de melancolía y dolor, a veces cercano a Pink Floyd, a veces como John Lennon.
"Por qué colocarse una cuerda alrededor del cuello", canta Geldof en "Inside Your Head", en alusión a Hutchence, cuando se tiene todo en la vida. También se adivinan enojo y dolor por la separación de Paula Yates. El disco es como una especie de diario cantado. "No escucho nunca el álbum, porque es tan exacto y crudo", declara Geldof.
En lo exterior, el artista cercano a los cincuenta que aparece en un hotel de Hamburgo y fuma un cigarro barato no se diferencia mucho del activista político de los ochenta: los cabellos oscuros parecen cortados con una tijera de uñas y no se lo ve muy pulcro. Pero Sir Bob sabe ser encantador incluso con señoras de mayor edad e irradia energía como músico y empresario.
De ello le había quedado poco sin embargo después de la separación de Yates. "Cuando ella me dejó, me quebré", explicó el músico, y añadió: "Siempre pensé que un corazón roto es una metáfora, pero así se siente el dolor".
Las mujeres y el sexo desaparecieron de su vida. "En mi desesperación era casi como un animal", relató Geldof con las manos gesticulando en medio del humo del cigarro, y añadió expresiones no aptas para ser publicadas acerca del tiempo en que estuvo sin mantener relaciones con ninguna mujer.
Huyendo de la prensa conoció al final en París a la actriz francesa Jeanne Marine, que no hablaba inglés y no lo conocía a él ni las historias sobre Paula Yates o Michael Hutchence. Jeanne se convirtió entonces para el artista en un "oasis liberador" y es a ella a quien dedica su nuevo disco.
Con Jeanne y sus cuatro hijas (tres de su matrimonio con Yates y la pequeña que tuvo su ex mujer con Hutchence), una señora de la limpieza y una nana, Geldof está en casa rodeado por "siete mujeres", comentó y se ríe. "Nado en estrógenos...", bromeó.
A las niñas les da vergüenza en el colegio que los shows para recaudar fondos contra el hambre y otras campañas de su padre sean ahora tema escolar. ¿Habrá otro Live Aid? "Probablemente sí", respondió Geldof, y enfatizó: "Pero no seré yo quien lo organice, subrayó.



Paula Yates y Bob Geldof, cuando eran una feliz pareja.
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