Opciones para los kilos de más

Sin recetas mágicas, la obesidad se plantea como un desafío a la voluntad

Muchas personas obesas consultan por la gravedad de su problema, en realidad por su peso real o figurado. En sus rostros se pinta el desencanto y no dejan de manifestar tristeza, depresión, y a solas se la pasan llorando, sin expectativas, ni voluntad; no quieren ir a ningún lugar porque nada les queda bien. No saben qué hacer. Pero, no paran de comer y así le agregan mas problemas al que ya tienen, como dolores articulares por sobrecarga estática e hipertensión arterial.
Si este tipo de sufrimiento es sordo y el que lo padece, ni siquiera se atreve a decir que sufre, deambula de consultorio en consultorio, casi seguro que ha recibido certeros diagnósticos de sus dolencias y precisas e infalibles indicaciones tales como "tiene que comer menos, está gordo, tiene que hacer más ejercicio, tiene que comer despacio, tiene que tomar mucha agua". Una abundante cantidad de recomendaciones bien intencionadas, y en algunos casos, la derivación a un psicólogo.
Si he llegado a conocer a estas personas obesas es porque obviamente no mejoran y vienen buscando soluciones a sus dolencias. Luego de escucharlos surgen las frustraciones de las que han sido objeto inducidos por una metodología errónea.
Muchos de estos peregrinos de los consultorios vienen a buscar la receta mágica o algo milagroso que no existe; el medicamento que los cure sin ningún tipo de sacrificios. Pero esto hoy no existe.
Lo que sí hay es un camino infalible: el deber. Luego del cual surge el beneficio. Si comiéramos menos y más sano, si nos moviéramos más, si a esto le sumamos una dedicación correcta ajustada a sus verdaderas necesidades y tenemos el temple, la constancia de seguirlo, seguro que conseguiremos el cometido. Esto lleva un tiempo, el necesario que indique el propio organismo.
Muchos preguntan si es posible sacarse unos kilos. "Todos los que quiero, no; todos lo que pueda sí".

Enrique Solarski
Médico