Desde la introducción de los teléfonos celulares en Estados Unidos en 1984, el número de suscriptos a este servicio se ha incrementado sustancialmente con el correr de los años. Entre los usuarios existen preocupaciones acerca de los posibles efectos adversos por la exposición a las señales de radiofrecuencia en las que operan los teléfonos celulares (800 a 900 Mz). Particularmente en cuanto a que los teléfonos portátiles causan cáncer de cerebro por la proximidad de la antena incorporada al receptor telefónico con la cabeza del usuario. Esta argumentación, sin embargo, no ha podido sostenerse o refutarse firmemente debido a la escasez de datos científicos.
Según los investigadores, las áreas cerebrales más expuestas a la energía de radiofrecuencia son la oreja y mejilla, disminuyendo la exposición y absorción de energía directamente proporcional a la distancia. El uso de teléfonos celulares es uno de los factores de riesgo sospechados para el cáncer de cerebro, aunque las causas todavía no se comprenden. Otras evidencias indican que esta patología también podría asociarse al consumo de cigarrillos y alcohol, y a la exposición a sustancias presentes en la dieta y en el medio ambiente.
Uno de los estudios encaminados a evaluar los riesgos es el que desarrollaron investigadores de la división de epidemiología de la Fundación Americana de Salud de Nueva York junto a profesionales del departamento de neurología del Centro de Cáncer Memorial Sloan-Kettering, quienes analizaron la asociación entre el uso de teléfonos celulares y el desarrollo de cáncer cerebral, teniendo en cuenta las horas mensuales y los años de uso.
Ausencia de riesgo
El estudio se llevó a cabo entre 1994 y 1998 en 469 pacientes entre los 18 y 80 años de edad que presentaban tumores cerebrales primarios y en 422 personas sin cáncer cerebral incorporados al grupo control.
Los resultados arrojaron los siguientes datos: la hora promedio de uso de los teléfonos celulares por mes fue 2.5 para el grupo de los enfermos de cáncer y de 2.2 para el grupo control.
En el grupo de los enfermos se observó la presentación de tumores homolaterales al sitio donde se usó el teléfono celular, pero en el caso de los tumores del lóbulo temporal la mayoría se ubicaron del lado contralateral.
De los datos surgieron que el uso de teléfonos celulares no es un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer de cerebro.
Sin embargo, los investigadores aclararon que se necesitan estudios durante mayores períodos de tiempo, especialmente para estudiar aquellos tumores que son de crecimiento lento.