Miguel Pisano
La asunción de Daniel Teglia como director técnico de Rosario Central le devolvió la motivación y la posibilidad de jugar mejor al delantero y capitán Juan Antonio Pizzi, que el domingo convirtió los dos goles del promisorio empate contra Gimnasia, luego de una racha de seis encuentros sin anotar.
A tal punto la llegada de Teglia mejoró el rendimiento del goleador que Pizzi metió dos goles en apenas cuatro partidos con el nuevo técnico, a diferencia de los cuatro tantos en los 13 encuentros en los que Juan José López dirigió al equipo, entre los cuales hay que contar el que le hizo de penal a Vélez.
Y la elocuencia de los números no hace más que reflejar la diferencia entre los planteos tácticos más ofensivos utilizados tanto por Edgardo Bauza como por Daniel Teglia, con respecto al más conservador esbozado por Juan José López.
El Patón comenzó a jugar con una línea de tres defensores, dos carrileros, dos volantes centrales, un enganche y dos puntas a comienzos del torneo Apertura 99, cuando el equipo cosechó una notable marca de 11 partidos ganados -los últimos ocho en forma consecutiva- y alcanzó el subcampeonato, a sólo un punto de River. Con ese esquema, Pizzi estaba acompañado por la proyección de los carrileros Cappelletti y Cuberas, el segundo volante central Moreno o De Bruno, el enganche Ezequiel González y el otro delantero, el Rafa Maceratesi. En síntesis, un planteo especialmente diagramado para abastecerlo, con el que entraba mucho en juego.
Si hasta en el último equipo de Bauza, que llegó a las semifinales de la Copa Libertadores 2001, que utilizaba un planteo más cauto con una línea de cuatro defensores y otra de tres volantes, un enganche y dos delanteros, Pizzi estaba más acompañado.
En cambio, durante el fugaz ciclo de Jota Jota, el equipo se paraba en la mayoría de los partidos con dos líneas de cuatro y dejaba a Arias y Pizzi demasiado lejos del resto, en un planteo que perjudicaba al goleador. En realidad, López acertó en la formación de una sólida estructura de contención, pero falló a la hora de diagramar el circuito ofensivo. Jota Jota armó una buena defensa y una línea de cuatro volantes integrada por Vespa, Daniel Quinteros, Erroz y Vitamina o De Bruno, aunque en la práctica era una segunda línea de cuatro, dado que jugaba con dos volantes centrales y dos laterales con escaso aporte ofensivo. Luego de jugar la mayor parte de los partidos con ese esquema, que era más férreo aún como visitante, el Negro recién introdujo la variante del enganche sobre el final del ciclo, aunque el técnico jamás tuvo feeling con el capitán auriazul y eso también se notaba en la cancha.
Y el panorama cambió totalmente con la llegada de Teglia, quien volvió a dibujar un planteo a la medida de Pizzi, pero mucho más ofensivo que el de Bauza. Ahora Pizzi cuenta con el acompañamiento de los laterales Ferrari y Rivarola, los volantes ofensivos De Bruno y Becerra, el Chueco García como enganche y el Chelito Delgado. "Ahora tenemos todos jugadores que juegan", confía el propio goleador, que hasta tiene otro estado de ánimo y volvió a jugar como Juan por su casa.
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La Ciudad
