Año CXXXV
 Nº 49.321
Rosario,
miércoles  05 de
diciembre de 2001
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La otra cara del vino
Los efectos adversos del consumo de bebidas alcohólicas

En los últimos diez años y cada vez con mayor énfasis se insiste en la conveniencia de consumir vino tinto, en cantidades moderadas, para prevenir enfermedades cardiovasculares, y se afirma que las personas que no toman bebidas alcohólicas tienen un mayor riesgo de desarrollar una cardiopatía. El alcohol actuaría como un tóxico o como un tónico sobre el corazón en función de la cantidad ingerida y el tiempo transcurrido.
Estas afirmaciones, divulgadas masivamente, merecen un examen más detenido. Para ello aportaremos algunos datos basados en los últimos conocimientos de la nutrición y en las investigaciones científicas realizadas en grupos humanos.

Mitos del vino
La uva es uno de los mejores alimentos para el cerebro, el hígado y los músculos, por su alto contenido de fructosa, vitaminas y minerales, pero cuando el jugo se transforma en vino mediante la fermentación alcohólica se convierte en un tóxico que "quema" las células del cerebro y del hígado y reduce la capacidad de trabajo del corazón.
El alcohol aumenta los triglicéridos, que se deposita en las paredes de las arterias y también en el cuerpo, produciendo la llamada "obesidad visceral", que favorece los trastornos en el corazón y las arterias. Estos riesgos también aparecen con la cerveza, bebida que cuenta con los mismos inconvenientes que el vino.
Las bebidas alcohólicas disminuyen la resistencia física, son deshidratantes, destruyen vitaminas, en especial la B1, necesaria para aprovechar los hidratos de carbono, alimento del cerebro y de los músculos.
Sería sencillo prevenir los ataques al corazón tomando un vaso de vino tinto en cada comida. Sin embargo, en esta prescripción no se tienen en cuenta los factores de riesgo: la vida sedentaria, tabaquismo, estrés, alimentación rica en colesterol y grasas saturadas (manteca, crema, margarina, frituras y huevos).
Entre los beneficios del vino se afirma que contiene "flavonoideas" con capacidad antioxidante, que otorgan al organismo defensas contra ciertos procesos que pueden favorecer la aparición de arterioesclerosis, hipertensión, diabetes y Alzheimer. En realidad estas propiedades provienen de la uva con la que se fabrica el vino, por lo tanto se puede obtener de la misma uva, evitando los inconvenientes del alcohol. Estos bioflavonoides también se encuentran en todas las frutas y verduras crudas, especialmente en los cítricos.
Además, la uva es rica en lecitina, una grasa que contiene colina e inositol, dos factores del complejo vitamínico B, que actúan como agentes antigrasas. Estas se emplean en pacientes con arterioesclerosis, angina de pecho, trombosis, apoplejía, y se la emplea también cuando los lípidos de la sangre están elevados (colesterol y triglicéridos).
La salud se vería muy beneficiada si se adoptara la costumbre de beber jugo natural de uva en lugar de vino o cerveza.
Otro de los mitos del vino es que tomar bebidas alcohólicas con moderación beneficia la digestión. En realidad para lograr esta finalidad son más efectivas las hierbas medicinales como el cedrón, poleo y menta. Además es muy difícil determinar cuál es la cantidad moderada para cada individuo de acuerdo a su edad, constitución orgánica, grado de tolerancia y estado patológico.
Está científicamente comprobado que el alcohol es capaz de perjudicar el sistema cardiovascular dando lugar a patologías graves como la hipertensión arterial, arritmias, accidentes vasculares cerebrales y miocardiopatías. Por ello las personas que han padecido algunas de estas afecciones y quienes deseen prevenirlas no deben consumirlo, especialmente los jóvenes, por cuanto dichas enfermedades aparecen luego de cierta edad cuando comienzan a surgir los primeros síntomas, como consecuencia de los continuos errores en la manera de alimentarse y vivir. Tenemos el derecho a la salud y el deber de cuidarla.

Víctor A. Bianco
Instructor naturista



El alcohol puede perjudicar el sistema cardiovascular.
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