Año CXXXV
 Nº 49.318
Rosario,
domingo  02 de
diciembre de 2001
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El viaje del lector
Los caminos de las Altas Cumbres, Córdoba

Cerramos los ojos y dejamos volar nuestra imaginación hasta la provincia de Córdoba, donde las sierras dibujan diferentes y atractivas siluetas por donde cientos de arroyos serpentean para el deleite de todos. En uno de sus tantos cordones montañosos se encuentra el sinuoso pero asfaltado camino de las Altas Cumbres (ruta nacional Nº20), que une la excitante ciudad de Villa Carlos Paz con Mina Clavero. En el camino, de casi 140 kilómetros, se pueden observar extraordinarios paisajes tanto de día como de noche.
El trayecto elegido para hacer la travesía en bicicleta fue el camino de ripio y precipicios que une El Cóndor con Copina, donde unos buenos frenos son más que un pasaporte a la tranquilidad, y la continua ovación de "mira allá" parece hacer eco en cada ladera rocosa.
Este recorrido es usado también por el Rally Mundial, donde pilotos de todo el globo ponen a prueba sus reflejos y aptitudes, llevando al límite su auto para mostrar que el margen de error aceptado es cero y que es posible hacer en cada curva un remolino de tierra y piedritas.
El Cóndor es el punto medio del recorrido y su temperatura es casi siempre baja aún en verano, y durante el invierno más de una nevada suele pintar de blanco ese campestre rincón cordobés. Allí está emplazado un viejo hotel que perteneció al ejército, algunas casas de lugareños que se dedican a criar animales y artesanías y una estación de servicios donde es casi obligatoria una parada para tomar un café con leche y disfrutar del aire. En Copina, un viejo pueblo abandonado, está Remar, institución dedicada a la ayuda de personas con problemas de drogas y similares. También hay un parador.
Si bien el camino tiene solamente 15 kilómetros, se puede disfrutar de la naturaleza a pleno, donde la vegetación propia del paisaje, cactus, helechos, peperina y otros yuyos medicinales, parecen estar custodiados por los grandes cóndores que planean de lado a lado como centinelas del lugar. También, sus 6 puentes colgantes, de hierro y madera, son una muestra del desafío que lograron vencer aquellos que trazaron el camino en el pasado.
El tiempo necesario para el descenso serían 2 horas, pero pasar una noche en carpa en pleno corazón serrano es dejarse llenar por la paz de esa soledad que se quiebra con el constante ruido del manantial en las centenarias piedras. El reloj se vuelve loco porque uno entra en sintonía con el sol y la luna, y lo único que hace adivinar la hora de comer es el cosquilleo del estómago. Entonces, se limpia un pedacito de terreno, se lo rodea de rocas para no provocar un incendio y allí se enciende la garrafita o unas brasas.
Este conocido ritual será el que cocine nuestro sabroso arroz, caliente un poco de agua para el mate o sirva de confesor para nuestros relatos amorosos, penas olvidadas o sueños celosamente guardados. Así, las estrellas titilarán hasta que nuestros ojos se cierren para empezar un nuevo día.
"Realizá esta aventura", es lo que te decimos a vos, si sos alguien que te gusta la bicicleta o la montaña. Podrás arrepentirte solamente de una cosa cuando estés allí, y será de no haber pensado que podrías pasar otra noche en ese lugar.

Ariel Poli y Víctor Landucci



En las Altas Cumbres se practica el trekking.
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