Sin bien todavía no asimila por completo su significado político, el gobierno insistió ayer en su intento por suavizar el impacto que provocó la designación del justicialista Ramón Puerta como presidente provisional del Senado. Dentro de esta estrategia, el jefe del Estado Fernando de la Rúa buscó relativizar el episodio y recordó que la "fuerza, la garantía y la potestad" están en sus manos.
"Frente a lo resuelto ayer (jueves) no hay que dramatizar", subrayó De la Rúa, al referirse a la nueva situación que significa que su virtual vicepresidente sea un peronista.
Por su parte, y sin sumarse a las quejas oficiales por la jugada del PJ, el ministro de Economía, Domingo Cavallo, aseguró: "Lejos de avizorar dificultades, imagino una excelente relación con el nuevo Senado".
Cavallo se manifestó convencido de que con su nueva composición, la Cámara alta "funcionará de manera conducente con los problemas y las necesidades de la Argentina".
En esa línea, el jefe del Palacio de Hacienda dijo creerle a Puerta cuando afirma que no va a dificultar la tarea del gobierno, porque "siempre obró con buena fe y patriotismo".
Desde la Casa Rosada, De la Rúa insistió en juzgar como "un error alterar una tradición parlamentaria que era valiosa" al no permitir que un legislador del mismo signo político del gobierno ocupe la titularidad del Senado.
Sin embargo, volvió a distanciarse de los duras imputaciones que lanzó el jefe del radicalismo, Angel Rozas, quien había definido la decisión del PJ como un "golpe institucional".
"La fuerza, la garantía y la potestad están en manos del presidente, de esto no queda ninguna duda", resaltó De la Rúa. Poco antes, su secretario general, Nicolás Gallo, había marcado la línea del discurso oficial: señaló que en el gobierno "no hay preocupación" en ese sentido porque "el orden constitucional no está vulnerado".
Para no alterar el delicado equilibrio que ahora deberán mantener los radicales con un miembro ocasional del gobierno proveniente del PJ, Puerta reiteró el mensaje tranquilizador que formuló durante su nombramiento (ver aparte).
En tanto, el único representante del gabinete que vinculó la suba del riesgo país y la caída de la Bolsa registrada el jueves a la estrategia del peronismo fue el ministro del Interior, Ramón Mestre.
Desde Montevideo, donde se reunió con colegas del Mercosur, Chile y Bolivia para discutir el tema de la seguridad, Mestre sostuvo que el gesto justicialista "provocó zozobra en el ámbito económico". Además, avaló la dura posición de Rozas.
Sin embargo, el ministro no reflejó el pensamiento del presidente, ni del jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, quien el jueves, ante los hechos consumados en la Cámara alta, desvinculó las tensiones en el sector financiero de los sucesos que tuvieron como epicentro el Congreso.
También desde Montevideo, el canciller Adalberto Rodríguez Giavarini subrayó que "triunfaron las instituciones", en relación a la polémica designación Puerta en el Senado.
"El partido (UCR) fue claro al mencionar que hubiese preferido una decisión tradicional al esquema, pero en este caso hay que resaltar que estuvo vigente el cumplimiento de la norma", explicó Giavarini.
A su turno, la flamante senadora Vilma Ibarra, la única representante del Frepaso en la Cámara alta, lamentó que sus pares hayan priorizado otras cuestiones en la agenda del día. Y destacó que "no se siente parte" del gobierno y que no está de acuerdo ni con "el estilo" de la administración de De la Rúa ni tampoco con "las principales políticas que implementa".
El apoyo perdido
Por su parte, el nuevo senador de la Alianza Rodolfo Terragno aseguró que la designación de Puerta "no es lo que debilita" al gobierno. E hizo hincapié en que De la Rúa tenía apoyo popular, pero "lo perdió por culpa de una política desastroza que Cavallo vino a reforzar".
En tanto, consultado sobre si toda esta controversia se podría haber evitado con la permanencia de Carlos Chacho Alvarez en el poder, De la Rúa dijo que "sería lo mismo, en el sentido de que habría un vicepresidente y se hubiese elegido a un presidente provisional del Senado de otro signo político, y también hubiera sido criticable".
La Ciudad
