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Playa e histeria

El yate está anclado frente a Vladimir. La excelente playa se encuentra repleta de bellas y esbeltas mujeres, que toman sol. A bordo deslumbrados y "mareados" por el sexo opuesto cuatro amigos juegan al truco en la popa del yate. Unos 20 metros separan las cientos de "Venus de Milo" de ellos. Mirar y ser mirado: una histeria posmoderna. Sol, río e histeria se conjugan este verano en Rosario, tal vez, con más fuerzas que otros años. El desafío para esta temporada puede, o tendría, que ser mutuo: "avance" del hombre o de mujer. Mientras tanto, entre los tripulantes de la embarcación y las "chicas" de la costa, las miradas van y vienen; hasta que Coco se decide, se tira al agua y nada hacia la playa. Quince minutos después, cuatro "pulposas" mujeres, que parecen surgidas de un casting de modelos, abordan el yate "Champagne". El mito del hombre inhibido y la mujer histérica se ha roto. Ahora son ocho tripulantes; con el tiempo, a lo mejor,
sean cuatro matrimonios felices.
Daniel Marocco