Año CXXXV
 Nº 49.313
Rosario,
martes  27 de
noviembre de 2001
Min 14º
Máx 25º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





Editorial
Los árboles de Rosario

Con cierta frecuencia, los árboles de la ciudad, un tema que puede resultar irrelevante o nota de color del día, se convierten en asunto central de debate entre la ciudadanía. En el mismo se enrolan quienes mantienen una posición fuertemente conservacionista y otros que, impactados por las dificultades o daños que ocasionan determinadas especies, son partidarios de las extracciones ante la primera señal de peligro. Entre ambos aparece un vasta lista integrada entre otros por indiferentes, quienes opinan sólo si ocurrió en la cercanía de su domicilio, o bien aquellos que aprovechan para criticar a los organismos públicos.
La semana pasada la tormenta actualizó la polémica con mayor fuerza por las graves consecuencias que ocasionó, al tiempo que puso en evidencia el real estado de situación del arbolado público y la capacidad de respuesta con que se cuenta para poder enfrentar una emergencia. Mientras las cuadrillas municipales se desdoblaban para despejar calles y veredas obstruidas por la gran cantidad de árboles caídos, ante el incesante reclamo de vecinos, desde la Dirección de Parques y Paseos se afirmaba que unos 10 mil árboles estaban necesitando de una intervención importante y se planteaban modificar la metodología de trabajo para poder dar respuestas en dos años a todos los problemas.
Previo a cualquier juicio, conviene reconocer que Rosario ha mejorado notablemente su relación con los árboles, al menos en la última década. Se ha realizado un censo hace unos años, se han establecido las necesidades prioritarias y se ha procurado planificar una campaña de forestación para convertirla, en un futuro no tan lejano, en una ciudad donde el verde debería tener un protagonismo tan importante como el cemento.
Pero para ello se requerirá de un ingente esfuerzo y de una gran convicción por parte de las autoridades de la repartición y de todos quienes integran la misma. Se sabe que, por el momento, el presupuesto municipal no tendrá márgenes para ampliar el personal o incorporar nueva tecnología. De modo que se deberá paliar las necesidades con creatividad y voluntad para poder cumplir ese objetivo. Y en esa dirección tiene un papel fundamental la propia ciudadanía, que debería ser concientizada a través de campañas sostenidas y variadas, y convocada a participar activamente a través de entidades intermedias, educacionales o vecinales. Volcando opiniones, sugiriendo propuestas y colaborando cada uno desde su lugar, es probable que la polémica, saludable por cierto, no se diluya en la coyuntura y efectivamente ayude a construir una ciudad más habitable.


Diario La Capital todos los derechos reservados