Año CXXXV
 Nº 49.313
Rosario,
martes  27 de
noviembre de 2001
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El edificio será restaurado y quedará como cuando lo construyeron en 1906
Con La Bola de Nieve comienza un plan de recuperación urbana
El municipio impulsa estas iniciativas, que pueden financiarse con créditos blandos del Banco Municipal

El edificio Bola de Nieve comenzó recientemente una obra de remodelación y preservación que promete dejarlo como quedara allá por 1906, cuando lo edificaron el arquitecto francés Eduardo Le Monnier y el constructor Alexander Máspoli.
La iniciativa es el puntapié inicial de un intento por preservar reliquias arquitectónicas de la ciudad, que impulsan la Secretaría de Planeamiento y el Programa de Preservación del Patrimonio Urbano y Arquitectónico municipales, a través del plan de recuperación del área central.
Y no es para menos. Rosario perdió ya demasiados edificios de valor patrimonial como para hacerse la distraída frente al deterioro de los que le quedan: tanto en la esquina de Córdoba y Oroño como en San Juan y Entre Ríos no queda nada de las grandes mansiones que había en otros tiempos; también terminaron en escombros la Casa Tiscornia, que estaba en la cuadra de Córdoba al 800, y la casona de Córdoba 1646, en pleno Paseo del Siglo.
La propuesta del municipio es que el Estado trabaje en la restauración de los edificios de valor patrimonial junto con los propietarios. La Municipalidad no hace grandes inversiones, ya que el Banco Municipal ofrece créditos blancos. Por eso fue el consorcio del edificio el que, junto al Programa de Preservación, eligió la empresa constructora y ahora invertirá 40 mil pesos para recuperar su tradicional esquina.
"Había partes del edificio que corrían riesgo porque ya se habían producido desprendimientos y presentaba fisuras", explicó la titular del Programa de Preservación, Viviana Cicutti, a la vez que indicó que "hay que recomponer el frente del edificio y parte de la cúpula". También se trabaja en las instalaciones internas, como cañerías y desagües, mientras que en la fachada se realizará un hidrolavado para recuperar los materiales originales.
La Bola de Nieve había sido restaurada ya en 1982, bajo la dirección de la arquitecta Alicia Noya, pero Cicutti aseguró que "ahora va a quedar como en 1906, aunque con el confort de estos tiempos".
El secretario de Planeamiento de la Municipalidad, Daniel Vidal, aseguró que este es "es el inicio de un plan que intentará extenderse a otros edificios significativos de la ciudad", y explicó: "En esta época, en que los padrinazgos de empresas no funcionan por falta de recursos y donde el municipio no puede intervenir en propiedad privada, esto da la posibilidad de trabajar conjuntamente con los propietarios".
Para Vidal, la Bola de Nieve no sólo "tiene un enorme valor por su estética", sino además porque "forma parte del entorno de la Plaza 25 de Mayo, uno de los lugares más representativos de la ciudad. Que sea el primero es todo un símbolo". Yaunque admitió que "Rosario tuvo pérdidas en cuanto a su patrimonio, vaticinó: "De ahora en adelante estamos en condiciones de no perder más".

Réplica de una esquina porteña
Fue el arquitecto francés Eduardo Le Monnier quien diseñó el edificio de Laprida y Córdoba para la compañía de seguros La Bola de Nieve, que no era más que una réplica del que la empresa tenía en Buenos Aires y que ya fue demolido. La constructora de Alexander Máspoli terminó en 1906 la obra, que con sólo seis pisos fue el edificio más alto de la ciudad.
"Esa época fue el auge de las compañías de seguros. Y este edificio no sólo era moderno por su altura, sino porque era sólo para oficinas", recordó la titular del Programa de Preservación.
Le Monnier llegó a Buenos Aires en 1896, luego de pasar por Brasil y Uruguay. Y dejó su marca en Rosario: la sede del Jockey Club (Maipú y Córdoba), edificio Chiesa (San Lorenzo 1317) y edificio Castagnino, Sanguineti y Compañía (Corrientes 329).
"Era un arquitecto típicamente ecléctico de finales del siglo XIX y principios del siglo XX". Así lo define el titular de la cátedra de Historia del Arte de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Rosario, Iván Hernández Larguía, quien señaló además que "se trató de un profesional con muchas obras que no sólo trabajó para empresas, sino también para las familias de la alta burguesía nacional". Y aseguró que "es una obra característica del período en que fue construida, aunque tiene algunas particularidades, como el logo de la empresa en la cúpula del edificio".



En tres meses el edificio quedaría como nuevo.
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