Año CXXXV
 Nº 49.309
Rosario,
viernes  23 de
noviembre de 2001
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Los afganos se preparan para la cumbre de Bonn
Pakistán teme a la supremacía de la Alianza
Los paquistaníes no ven con buenos ojos que la etnia pashtún logre mucho poder en el futuro gobierno

Jurgen Hein

Islamabad. - Finalmente la cumbre donde las facciones afganas buscarán delinear un gobierno de transición se desarrollará en Bonn y no en Berlín, como se había anunciado. La Conferencia de Bonn podría determinar no sólo el destino de Afganistán. También Pakistán mira con aprensión el desarrollo de los acontecimientos. "Si la Alianza del Norte obtiene mucho poder en el futuro gobierno de Afganistán, tendremos graves problemas", asegura el analista paquistaní M. Ziauddin. En opinión de Pakistán, lo peor que podría suceder es que el país vecino se dividiera en un norte gobernado por la Alianza, un oeste con miras a Irán y un sur pashtún dominado por el caos y la anarquía.
"En realidad, Afganistán ya está dividido", opina Ziauddin. La cuestión ahora es si este proceso puede ser detenido con las consultas internacionales que comenzarán el lunes en Bonn. Un territorio pashtún inestable a lo largo de su frontera y un gobierno en Kabul dirigido por la Alianza es lo último que desea ver Pakistán.
Este país ya lleva más de 20 años sufriendo la guerra del vecino, explica Ziauddin. "Las consecuencias que la guerra de los mujahidines contra las tropas soviéticas tuvo para Pakistán fueron terribles", asegura. Tráfico de drogas y armas ilegales además de extremismo islámico, todo esto se lo debe Pakistán a Afganistán.
Lo que más preocupa a Pakistán es el desarrollo de los acontecimientos en el sur afgano, donde viven los pashtunes. Esta etnia compone el 40% de la población, unos ocho millones de personas. En Pakistán viven aún más pashtunes: 20 millones de personas, es decir, el 15% de los paquistaníes. Pocos creen que trataran de crear un "Pashtunistán", ya que los pashtunes de uno y otro país se han alejado. Pero lo que Pakistán teme es que el contrabando continúe si el sur no alcanza la estabilidad.
Para que no se llegue a este extremo, los pashtúnes deberán estar representados en Bonn. El ex rey Zahir Shah y su gente, todos marcadamente occidentales, no pueden hablar por la gente de su pueblo, de mentalidad tradicional y hasta fundamentalista, advierten muchos. Hamid Mir, del diario paquistaní "Ausaf", un rotativo que a menudo ha defendido posturas talibanes, advierte que éstos, que son todos pashtunes, tampoco deben ser excluidos de las negociaciones: "Sin los talibanes no habrá paz", afirma.
Pero también el desarrollo de los acontecimientos a nivel mundial es motivo de preocupación para el régimen de Islamabad. Si el líder político de la Alianza, Burhanuddin Rabbani, funda en el norte de Afganistán un Estado propio, Pakistán tendría un enemigo más. Y es que hasta ahora Pakistán había apoyado a los talibanes, los enemigos de Rabbani. Además, la Alianza siempre mantuvo buenas relaciones con India, el gran rival de Pakistán, y la India ya ha enviado a diplomáticos a Kabul, para reabrir su embajada.
Además, cada vez hay más escepticismo respecto a EEUU. Ya son muchos los que ven al gobierno de Pervez Musharraf como un mero receptor de órdenes de Washington. Y el sentimiento de humillación crece aún más al conocerse la noticia de que barcos norteamericanos situados frente a las costas paquistaníes han recibido órdenes de inspeccionar los cargueros que salgan del puerto para evitar que Osama Bin Laden huya por este medio.
A esto hay que añadir que en Pakistán hay muchos que están convencidos de que Estados Unidos aprovechará la lucha contra el terrorismo para consolidarse en la región. "La presencia militar que EEUU ha instalado en Pakistán y en las ex repúblicas soviéticas fronterizas con Afganistán no va a acabar con esta guerra", asegura el comentarista Mahir Ali. (DPA)



El ex rey Zahir Shah, miembro de la etnia pashtúm.
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