Kabul. - Mientras los protectores de Osama Bin Laden en Afganistán enfrentaban una inminente derrota, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) dijo ayer que se encontraron entre 400 y 600 cadáveres en la ciudad afgana de Mazar-i-Sharif, en el norte del país, tras la retirada de los talibanes y la entrada de la opositora Alianza del Norte. Sin embargo, la portavoz del CICR, Macarena Aguilar, no pudo precisar si los muertos habían sido ejecutados después de que la ciudad cayó en manos de los combatientes de la Alianza del Norte o habían muerto en los enfrentamientos armados que precedieron a la captura de Mazar-i-Sharif del 9 de noviembre. "Sé que se han encontrado entre 400 y 600 cadáveres y que hasta el momento enterramos a 300", dijo Aguilar, que tampoco pudo precisar si eran afganos o extranjeros.
La toma de Mazar-i-Sharif, cerca de la frontera afgana con Uzbekistán, dio paso a un rápido avance de la Alianza del Norte, que capturó la mayor parte del país anteriormente controlado por el movimiento radical islámico Talibán. La Alianza, que en el pasado tenía sólo el 10% del control de Afganistán, logró invertir la situación y derrotar al Talibán con el apoyo de los bombardeos estadounidenses. Las rápidas victorias de la Alianza también originaron temores de que se repitieran las matanzas de los 10 años de guerra civil que azotó al empobrecido país.
El gobierno paquistaní dijo tener constancia de esas matanzas y formuló el martes pasado un llamado a la comunidad internacional para que evite este tipo de actos en Kunduz, en el noreste, donde están sitiados varios miles de talibanes. Un portavoz de la ONU dijo que un centenar de jóvenes reclutas talibanes murieron en una escuela, al día siguiente de la entrada de la Alianza en Mazar-i-Sharif.
En tanto, los combatientes de la Alianza del Norte lanzaron ayer el asalto para capturar el bastión talibán de Kunduz, en el norte del país, después que fracasaron las conversaciones para acordar la rendición de los milicianos del movimiento islámico que aún luchan en el sitiado enclave. A pesar de un anuncio de uno de los jefes militares de los combatientes antitalibán de que se había llegado a un acuerdo, el ministro del Interior de la Alianza del Norte, Yunus Qanuni, dijo que no había podido alcanzarse un pacto. "En este momento nuestras fuerzas están avanzando sobre la ciudad. Esperamos que mañana (hoy) ya habremos capturado Kunduz", explicó.
Táctica política
El canal británico de televisión Sky News transmitió imágenes que, según dijo, mostraban a cientos de combatientes del Talibán cuando se entregaban en las afueras de Kunduz. Sin embargo, Qanuni insistió en que los combatientes del Talibán no depondrían las armas ni se rendirían. "Fue un táctica política. Sólo querían ganar tiempo. En realidad no iban a rendirse", admitió el ministro del Interior de la opositora Alianza del Norte.
Funcionarios de la Alianza del Norte dijeron que camaradas paquistaníes, árabes y chechenos del Talibán, vinculados a Al Qaeda, estaban luchando hasta la muerte en Kunduz, por temor de que no se les mostraría ninguna compasión en caso de rendirse. De caer Kunduz, a los combatientes del Talibán les quedaría sólo su reducto del sur del país, primordialmente su sede espiritual, Kandahar, para montar una última resistencia contra las fuerzas lideradas por EEUU que han emprendido la persecución de Bin Laden en la región.
Kandahar continúa resistiendo a los bombardeos y a los ataques de combatientes de tribus locales. Al mismo tiempo, a 20 kilómetros de Kabul, en Maidar Shar, milicias pashtún pero antitalibán se enfrentaron con mujaidines de las tajika y uzbeka porque se niegan a participar de la Alianza. (Reuters y Ansa)
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