Bogotá. - La Unión Europea (UE) decidirá en breve si expulsa de su territorio a los delegados de la guerrilla colombiana de las Farc, una resolución que podría dejar por el piso las aspiraciones de ese grupo de ser reconocido como una fuerza política y no terrorista. La escasa coherencia de los rebeldes y su obstinada soberbia militar parecen haber colmado la paciencia de los países comunitarios, que han venido observando cómo sus invitaciones al diálogo reciben como respuesta sólo agresiones y desafíos.
De ahí que Gran Bretaña haya decidido dar un paso al frente y asumir como propio su malestar ante las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), al anunciar que restringirá el visado para los integrantes de ese grupo e iniciará la persecución de sus cuentas bancarias. La decisión estuvo precedida por una dura advertencia: "Si la guerrilla no quiere que la consideren como terrorista debe cesar sus métodos de lucha, que dañan a los colombianos y afectan las inversiones extranjeras", declaró el pasado viernes un portavoz de la Cancillería británica en diálogo con el diario El Tiempo de Bogotá.
Tal resolución se produjo en momentos en que el proceso de paz entre el gobierno colombiano y las Farc pende de un hilo, a raíz de las múltiples exigencias planteadas por los insurgentes como condición para seguir negociando, las cuales han sido rechazadas por el Ejecutivo.
Al resto de la Unión
Pero la postura asumida por Londres podría extenderse a los demás países europeos, que deberán decidir a principios del próximo mes en Bruselas si adoptan esas mismas medidas -cancelación de visas-, con lo que el grupo rebelde recibiría un duro golpe que podría obligarlo a replantear sus "relaciones internacionales".
Y todo parece indicar que hacia esa dirección apunta la Unión Europea -cuatro de cuyos miembros integran la comisión facilitadora del proceso de paz-, pues sus ánimos están más que exacerbados a raíz del secuestro de varios de sus ciudadanos por parte de las Farc, la principal fuerza rebelde de Colombia, con unos 16.000 efectivos.
"Si continúan tomando rehenes europeos, es apenas normal que se diga que si las Farc quieren pasear por Europa y hablar con nuestros políticos y en espacios informales de nuestros parlamentos, pues no se va a poder. ¿Por qué habríamos de escuchar a quienes nos secuestran?", sostuvo a El Tiempo Cándido Rodríguez, portavoz de la Comisión Europea para Colombia y Ecuador.
Previamente, el presidente mexicano Vicente Fox había notificado a los rebeldes que su gobierno retiraría las visas de sus representantes en México si éstos no cesaban sus agresiones contra los mexicanos.
Similar postura adoptaría Japón si las Farc no liberan sin condiciones a uno de sus ciudadanos, por cuya entrega esa organización exige 25 millones de dólares, según fuentes diplomáticas.
Por lo menos 145 extranjeros han sido secuestrados en Colombia en los últimos tres años, de acuerdo con organismos de inteligencia, que atribuyen a las Farc y el guevarista Ejército de Liberación Nacional (ELN) la mayoría de esos casos.
Al agrietamiento de las relaciones entre el grupo marxista y la Unión Europea se suma el abierto rechazo de Estados Unidos a las actividades "terroristas" de los guerrilleros y las críticas de la ONU, que no ha ocultado su decepción ante la "falta de compromiso" de éstos.
Por esto, el panorama internacional para las Farc no es nada alentador, y más si se tiene en cuenta el nuevo contexto en el que se suscriben las relaciones mundiales, después de los hechos sucedidos el pasado 11 de septiembre en Estados Unidos. "La verdad, no se sabe cómo la guerrilla enfrentará estos retos. Los diplomáticos que siguen de cerca las negociaciones advierten que no se puede subestimar la fortaleza, ni la coherencia interna de las Farc", señaló El Tiempo.
Según analistas, las advertencias de los organismos internacionales podrían, sin embargo, influir positivamente en los alzados en armas y obligarlos a retornar a la mesa de diálogo con la premisa de que el "mundo exige menos soberbia y más sensatez". (DPA)
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