Año CXXXV
 Nº 49.305
Rosario,
lunes  19 de
noviembre de 2001
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cartas
Ni talibanes ni yanquis

El 11 de noviembre, cuando comencé a leer La Capital, en la sección "El Mundo", me topé con un artículo titulado: "La ambigüedad moral del movimiento pacifista". En este texto, el autor acusa de ambiguo e hipócrita al movimiento pacifista que no tiene más códigos que la paz y que cree fervientemente que no habrá un mundo próspero con misiles que soplan nuestro cielo cada segundo. Es tan lamentable que alguien atente contra cinco mil almas en los Estados Unidos como que las Fuerzas Armadas Americanas bombardeen Afganistán sin piedad. Si nos remitimos al derecho internacional, más precisamente a las Naciones Unidas como lo hizo el autor del texto en cuestión, notaremos que, según la Convención de Ginebra del año 1977, es un crimen de guerra tanto atacar a un pueblo en un marco de paz como matar civiles inocentes en tiempos de guerra. Entonces a la hora de citar a los agresores y a los agredidos deberíamos señalar a ambos, porque los dos frentes armados tienen la misma sed de venganza y horror. El autor cita la resolución Nº 1373, de la ONU, dándole una interpretación absolutamente errónea. Cabe destacar que dicho organismo tiene como principal tarea velar por la paz del planeta, entonces resultaría ridículo pensar que en una resolución se incitara a la violencia como expone el autor del artículo. En dicho documento se hace hincapié en las cuentas bancarias terroristas, en los refugiados, en las fronteras y en el compromiso de los gobiernos de hacer todo a su alcance para luchar contra el terrorismo, en un entorno de paz. El máximo organismo internacional no legitima ninguna acción militar como se puede leer en el diario del 11 de noviembre. En éste, el autor malinterpreta un documento oficial que detalla muy claramente el accionar de las Naciones Unidas frente a un panorama mundial lamentable. Nunca un grupo pacifista puede calificarse como "ambiguo", porque más allá de cualquier ideal aún existen personas éticas que creen en un mundo sin violencia a diferencia del firmante de ese artículo. Este grupo pacifista no se rige por ninguna ideología, como también acusa el escritor, sino que intenta condenar tanto a los ataques terroristas inaceptables como a la guerra despiadada que ya cobró muchas víctimas. Mientras haya misiles en el cielo y tropas en la tierra no habrá ningún resultado más que la pobreza y la desesperanza. No creamos en la guerra ni en los ataques terroristas, creamos en la vida y en la dignidad. Por eso ni con los talibán ni con los yanquis, ambos me merecen el mismo sentimiento, ambos tienen el mismo desprecio por la vida.
Matías Mené


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