Un grupo de arqueólogos egipcios descubrió una tumba de 2.500 años, posiblemente de un empleado real, en una zona de edificios de departamentos en El Cairo. El descubrimiento fue posible gracias a que el dueño del terreno pidió un permiso para construir y las autoridades enviaron a un equipo de expertos a comprobar el estado del subsuelo. Tras excavar unos tres metros, encontraron la tumba, que está dañada como consecuencia de las aguas de desagüe de la zona. "Este es un descubrimiento increíble porque entre las viviendas del centro de El Cairo de la zona llamada Ain Shans descubrimos esta tumba", anunció Zahi Hawass, jefe de antigüedades de la zona de las pirámides Giza. Las inscripciones indican que el propietario de la tumba podría haber sido un empleado del palacio real. Según Hawass la tumba pertenecería a toda una familia. Agregó que las autoridades descubrieron la tumba, perteneciente a la dinastía vigésimo sexta, entre los años 525 y 664 antes de Cristo, cuando el propietario del terreno solicitó un permiso de construcción. "Los inspectores del departamento de antigüedades vinieron, comenzaron a excavar y descubrieron esta tumba. Se encuentra a unos tres metros de profundidad. Tiene tres cámaras mortuorias que se comunican con una bóveda", explicó. Hawass manifestó que las aguas de desagüe del vecindario habían dañado partes de una de las cámaras funerarias. Las otras dos no fueron abiertas. A principios de mes, arqueólogos descubrieron la tumba más antigua que se conoce hasta el momento que data de más de 4.000 años y perteneció a un cirujano faraónico enterrado en las arenas del desierto cerca de El Cairo. (Reuters)
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