Amia: un testigo minimiza la hipótesis del volquete bomba

El conductor del camión que dejó un volquete en la puerta de la Amia pocos minutos antes del atentado terrorista aseguró ayer que ese contenedor fue elegido al azar en un playón de la empresa para la que trabajaba y que el arquitecto que dirigía las refacciones en la mutual judía era cliente habitual.
Juan Alberto López transportaba volquetes para la empresa Santa Rita, del empresario de origen libanés Nassib Haddad, a quien la semana pasada el juez federal Juan José Galeano, investigador del atentado, dictó la falta de mérito en la causa.
López abrió ayer en el Tribunal Oral Federal Nº3 la etapa de declaraciones referidas a ese polémico volquete que minutos antes de las 9.53 del 18 de julio de 1994 se dejó a metros de Pasteur 633 y sobre el que se tejieron las más variadas hipótesis.
La principal, enarbolada por algunos de los defensores de los 20 acusados en las últimas semanas, apunta a demostrar que no hubo "coche bomba" en el ataque terrorista -como sostiene la pesquisa oficial-, sino que los explosivos o un detonador pudieron haber estado escondidos en ese volquete.
Al declarar ayer en el juicio contra la bautizada "conexión local", López no pudo precisar si esa mañana miró dentro del volquete que dejó en Pasteur al 600, pero aclaró que "en general" los contenedores se revisaban para evitar quejas de clientes.
Lo que sí aseguró es que lo eligió al azar entre varios que había en el depósito de la empresa Santa Rita, en el puerto de Buenos Aires, y que le fue pedido a último momento. También dijo que él mismo resolvió su recorrido de ese día y qué pedido entregaría primero.