Año CXXXV
 Nº 49.302
Rosario,
viernes  16 de
noviembre de 2001
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Selección Nacional
Argentina se erige como un serio candidato en el Mundial
El técnico corre con la ventaja de tener una buena base, aunque hay jugadores para tener en cuenta

Néstor Moreyra (*)

La fruta está madura, ya pasaron las eliminatorias y el seleccionado argentino se encamina hacia un Mundial que parece hecho a su medida, a pesar de que los organizadores son coreanos y japoneses.
A seis meses del comienzo de la Copa del Mundo, Marcelo Bielsa ya tiene nueve jugadores que cumplen todos los requisitos como para ser titulares y en los puestos más difíciles de definir las alternativas son envidiables, dos colosos adelante, Hernán Crespo o Gabriel Batistuta, y otros dos en la mitad de la cancha, Diego Simeone o Matías Almeyda.
Argentina terminó su actividad en el 2001 invicta, e inclusive hace casi dieciséis meses que no pierde, desde el 26 de julio de 2000 en San Pablo, 3-1 ante Brasil.
El plantel albiceleste en tan fuerte que se lo respeta en todo el mundo y hasta se lo reconoce como el gran candidato a discutirle el título al actual campeón, la Francia que enriquece Zidane.
Argentina aparece como el candidato por América y lo hace tras ratificar su poderío con un 79,6% de eficacia en las eliminatorias.
Los nueve titulares hoy serían Germán Burgos, Roberto Ayala, Nelson Vivas, Walter Samuel, Javier Zanetti, Juan Pablo Sorín, Juan Sebastián Verón, Ariel Ortega y Cristian González.
La alternativa entre Crespo y Batistuta es entre un delantero que marcha hacia su plenitud y el goleador histórico de los seleccionados argentinos.
La variante entre Simeone y Almeyda es consecuencia de la casi rotura de ligamentos cruzados que sufrió quien ya afrontó el récord de 104 cotejos en la formación mayor de la AFA y un mediocampista dinámico y también fogoso, pero más dotado técnicamente.
Hay titulares que están para competir por el honor de llegar a recibirse como el mejor en su puesto en la gran competencia asiática, como Verón, Ayala, Samuel, Zanetti, Sorín, Crespo o Batistuta, y hasta Burgos, si saca provecho de la continuidad en Atlético Madrid.
Es más, entre los jugadores de elite está la Brujita Verón, en condiciones de ponerle nombre y apellido al fútbol mundial a partir de mediados de 2001.
Tanto han crecido los jugadores base del seleccionado esta temporada que tomaron distancia del nivel de los suplentes, pero el plantel es tan confiable como el cuerpo técnico que ha sabido transmitirle su modelo y dotarlo de una identidad.
Y fuera del grupo habitual todavía están en lista de espera valores de la gran jerarquía de Riquelme, Saviola y Coloccini.
Hasta el promedio de edad y la cantidad de partidos internacionales que tienen los integrantes del seleccionado contribuyen a creer en el tricampeonato.
Este grupo de argentinos va hacia el mundial de su plenitud y así están los protagonistas a seis meses de pasar de la teoría a la práctica:
Germán Burgos (Atlético Madrid): Va rumbo a su mejor nivel. El año último dio una ventaja enorme al soportar la inactividad en el Real Mallorca y atajar sólo para el seleccionado. Con el cambio de club se lo ve con mejor manejo del tiempo y la distancia. Es por personalidad el arquero ideal para los compromisos fuertes y en el mundial será el complemento de una de las defensas más confiables.
Roberto Ayala (Valencia): Tiene personalidad, responsabilidad, inteligencia, velocidad, salto, cabezazo, facilidad para cruzar hacia ambos lados, es decir, todo para consolidarse como el líbero más eficaz del mundo. Es el jugador más difícil de reemplazar en todo el plantel.
Nelson Vivas (Inter): Es táctico, polifuncional, sobrio, efectivo, una garantía para defender. Además sirve como salida y cuando pasa al ataque vacío sabe sorprender. En poco más de un mes habrá completado su recuperación de una distensión de ligamento colateral.
Walter Samuel (Roma): Al principio de la era Bielsa le costó adaptarse a la línea de tres requerida, pero su gran jerarquía le permitió sobreponerse pronto. Va a ser difícil, muy difícil entrarle a Argentina. Eso sí, se nota, y mucho, si a Argentina le falta alguno de los tres defensores habituales.
Javier Zanetti (Inter): Es un lateral volante firme para proteger el sector y útil para escalar por el sector. Es una de las torres de las que se vale Bielsa.
Diego Simeone (Lazio): Con la pasión que lo caracteriza se había ganado el puesto y era una fija como dueño de la franja central para el debut mundialista, pero lo sorprendió una rotura de ligamento cruzado con afección en los meniscos y ahora lucha contra el tiempo. Ni bien abrió los ojos tras la operación empezó el combate feroz para participar en su tercer mundial consecutivo. Tendrá que superar dos duros combates, primero para estar y, luego, para recobrar su lugar en la cancha. Es un guerrero de ley.
Matías Almeyda (Parma): Las lesiones musculares lo habían postergado, pero la chance le llegó por el problema que tuvo Simeone. Es tan completo que rápidamente ratificó las virtudes expuestas en River Plate y la Lazio, como así también en seleccionados anteriores.
Juan P. Sorín (Cruzeiro): La otra torre. Va, viene, cambia de ritmo, defiende, se proyecta, ataca, llega, define, por arriba y por abajo. Tuvo un año excelente.
Juan S. Verón (Manchester): Malabarista, clarividente, conductor, preciso, exquisito, un jugador admirable. Está frente a la oportunidad de convertirse en el primer rey del fútbol mundial en el siglo XXI.
Ariel Ortega (River): Parece estar en un período de confusión. Por momentos vuelve el Ortega empecinado en lugar del habilidoso, solidario y desequilibrante que consiguió Bielsa. Es la cuota de fantasía necesaria para abrir a los rivales por su lateral. Cuando desborda en serio sus centros son muy provechosos. Si no se descontrola, es ideal para los clásicos o los partidos exigentes. Con 27 años, ya dispone de la llave para su tercer mundial.
Hernán Crespo (Lazio): Es fútbol y goles. Es otro artillero para la historia. Es autoabastecimiento y asociación sin perder definición.
Gabriel Batistuta (Roma): Es potencia, voracidad y alma para plasmar esa capacidad en goles. Nació para vivir y merodear el área rival.
Cristian González (Valencia): Es ritmo constante, presión, desborde. Es clave para controlar, exigir y hacer equivocar a los rivales.
Marcelo Gallardo (Mónaco) y Pablo Aimar (Valencia) son dos suplentes de reconocidos méritos que deberán cuidarse porque durante seis meses tendrán que soportar el asedio del crecimiento de Riquelme. En condiciones normales, el armador de Boca sólo irá al mundial si consigue desplazar a alguno de ellos.
Bielsa sabe que le tocó ser el administrador de la abundancia y tomará los recaudos en estos seis meses para que la historia no lo demande. (DyN)
(*) DYN



Con energía, Bielsa dirige un grupo de grandes futbolistas.
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