Año CXXXIV
 Nº 49.293
Rosario,
miércoles  14 de
noviembre de 2001
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Plantas medicinales: lavanda

La lavándula officinalis (Lat) es una importante hierba relajante de la familia de las labiadas. Es nativa del Mediterráneo. En la Argentina crecen todas las variedades. Las flores de lavanda más finas y de aroma más delicado, lavándula angustifolia, crecen entre los 700 y los 1.400 metros de altura. Otros nombres populares son: lavándula, espliego y alhucema, entre otros. El nombre deriva del latín "lavare" que quiere decir lavar, probablemente por su uso en el lavado de las heridas, aunque también se usa ampliamente para los baños personales.

Uso histórico
Tradicionalmente, los herbalistas utilizaron la lavanda para una variedad de enfermedades del sistema nervioso, incluyendo la depresión y la fatiga. También se ha utilizado para el dolor de cabeza y el reumatismo. Debido a su olor agradable, la lavanda ha encontrado aplicación amplia en perfumes y cosméticos a través de la historia.
La lavanda se ha utilizado durante miles de años, sea en forma de aceite esencial o como flores frescas o secas. Nunca ha perdido su popularidad, sobre todo su valioso aceite esencial, en baños, entre la ropa, contra las polillas, colgada en las habitaciones como repelente de moscas y mosquitos, hasta la miel de lavanda que es muy requerida en la actualidad. A pesar de que el uso de aceites esenciales coincide con la historia de la humanidad para las prácticas medicinales, sociales y religiosas, el gran impacto se produce con René Maurice Gattefossé (perfumista del siglo XX) al observar el espectacular efecto curativo del aceite esencial de lavanda, cuando se quemó la mano en un accidente de laboratorio, lo que le llevó a estudiarlos con fines curativos y así nació la aromaterapia actual.
El doctor Valnet utilizó la lavanda para tratar quemaduras graves y heridas de guerra mientras fue cirujano del ejército francés.

Descripción y cultivo
Es un semiarbusto aromático de una altura de 20 centímetros a un metro, resistente al invierno. El tronco es corto y muy ramificado. Los retoños son derechos, cuadrados, vellosos, sedosos y grises. Las hojas son alargadas, delgadas, opuestas, lanceoladas y sin pecíolo, que se enrollan hacia abajo. Las flores son azul violetas y se ubican en verticilos espesos. Florece en verano.
Es cultivada en muchas partes del mundo, sobre todo en el Mediterráneo occidental. Se recomienda sembrar en primavera o en otoño en un lugar soleado, cálido, seco y protegido. Utilizar tierra floja, permeable y rica en cal. La distancia entre semilla y semilla debe ser aproximadamente de 40 centímetros. También se obtiene por gajos. En clima húmedo necesita suelo arenoso (mezcla de tierra negra, resaca y arena).
La parte utilizada de la planta son las flores que se recomienda recogerlas a mediados del verano y se secan o se destilan para obtener el aceite esencial.

Composición y usos
La versatilidad de la planta refleja su compleja estructura química. Los constituyentes activos del aceite volátil (hasta 3%) son muchos. Mencionaremos los más importantes: acetato de linalilo, cineolo, linalol, nerol, borneol, geranilo, geraniol y limoneno, entre otros. También se observan flavonoides, taninos y cumarinas. La proporción de los diversos constituyentes variará de un sitio a otro, de acuerdo al suelo y condiciones en que se cultiven las plantas, y de un año a otro, de acuerdo al clima. Por ejemplo, tras un verano seco y caliente, el aceite tendrá mayor proporción de ésteres que tras un verano húmedo. La lavanda alpina es siempre más rica en ésteres que las plantas cultivadas en altitudes inferiores.
Las flores secas se usan en té para calmar los nervios, el dolor de cabeza, reducir la tensión muscular y para los trastornos digestivos como gases y retorcijones. Son también antisépticas y bactericidas. Generalmente se aplica la infusión en compresas, que se prepara agregando a una cucharada de flores a un litro de agua hirviendo y se deja reposar tapada 10 minutos y luego se aplica en la zona afectada. También puede usarse en el último enjuague del baño.
Su uso interno es limitado, la infusión (1 cucharadita en una taza de agua hirviendo) y la tintura, son efectivas para el insomnio y los trastornos digestivos. Para esos casos tomar media taza del té dos veces al día, o 20 gotas de la tintura con agua a la noche. Precaución: no tomar más de la dosis recomendada porque en exceso puede producir irritación de intestinos y estómago, dolor de cabeza y estupor.
Está extendido el uso del aceite esencial porque es uno de los pocos que pueden usarse puros. Gracias a sus efectos terapéuticos es uno de los más versátiles.

Múltiples beneficios
* Para la piel: la lavanda es a la vez antiséptica y analgésica, lo que la convierte en una elección ideal para tratar las quemaduras y todo tipo de lesiones de piel. Promueve además una rápida regeneración de los tejidos y ayuda a evitar las cicatrices.
Para usar en afecciones de piel se pueden preparar cremas, lociones, tónicos con el aceite en una concentración del 1 al 1,5%. Es muy eficaz para el tratamiento del acné, frecuentemente combinado con aceite de bergamota. La lavanda también es eficaz en eccemas junto con la manzanilla o la melisa porque actúan también para calmar, sosegar y son antidepresivos, así que actúan sobre los factores emocionales de muchos tipos de eccemas como la psoriasis. También es funguicida, por lo tanto se usa para el pie de atleta y la tiña.
* Sistemas respiratorio y nervioso: las propiedades analgésicas, antisépticas y antibióticas de este aceite hacen que sea un valioso tratamiento para los resfríos, la tos, el catarro y la sinusitis, así como la gripe. La forma más eficaz de uso es la inhalación de vapores de agua con gotas del aceite esencial de lavanda. También sirve como sedativo, las inhalaciones del aceite al acostarse ayudarán a conciliar el sueño. Para el catarro, masajear con una o dos gotas del aceite puro a lo largo de los bordes óseos de las cejas y en ambos lados de la nariz. Para calmar el dolor de cabeza podemos masajear las sienes con el aceite puro y aplicar compresas en frente y nuca.
* Músculos y huesos: uno de los usos más importantes de este aceite es el de aliviar los dolores musculares. Para ello se recomienda masajear la zona afectada con una mezcla de aceite de lavanda con aceite de bergamota y romero o menta, diluidos en un aceite base (sésamo, almendra, jojoba). Si no tenemos quién nos pueda dar un masaje podemos realizar un baño aromático de lavanda que calmará el malestar muscular. También sirve este modo de uso para dolores de reuma, ciática y artritis. El dolor menstrual se alivia masajeando suavemente el abdomen inferior con el aceite o colocando compresas caliente.
* En la infancia: se usa en muchas dolencias menores de la infancia: cólicos, irritabilidad e infecciones, en diluciones muy bajas del aceite. Unas gotas del aceite de lavanda en el baño del bebé lo ayudarán a dormir tranquilamente. La dilución puede hacerse en aceite de almendras.
* Corazón: la acción de la lavanda sobre el músculo del corazón es a la vez tonificante y sedante, por eso se usa para el tratamiento de las palpitaciones (en baños o masaje).
u En el plano emocional: es equilibradora, por eso se usa en estados de histeria y depresión maníaca. Para ello el masaje a ambos lados de la columna es muy efectivo al igual que los baños de inmersión.
Griselda T. Franchini
Farmacéutica



La lavanda tiene propiedades aromáticas y curativas.
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