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Somos culpables por confiar

Desde hace tiempo se viene registrando en nuestro país una considerable y preocupante disminución de las ventas. A raíz de ello, gran cantidad de negocios o empresas cerraron sus puertas definitivamente. Ahora bien, es cierto que las distintas medidas dispuestas por el Ejecutivo nacional no contribuyeron al mejoramiento de la economía, que los funcionarios de gobierno cometieron errores gravísimos y jamás adoptaron decisiones en función del bienestar general, y peor aún, tampoco se ocuparon de que haya un reparto equitativo de la riqueza. Pero, ¿acaso se buscaron alternativas para salir de la situación decadente? ¿Ciertos comerciantes pensaron alguna vez en modernizarse para no quedar al margen de las sucesivas transformaciones que tuvo el país? ¿Se ocuparon de mejorar pese a todo? Hoy día es común escuchar únicamente quejas contra el gobierno y el sistema actual. Está bien, porque precisamente la democracia permite cuestionamientos y diseños, sin embargo parte de culpa tenemos los argentinos y sería interesante hacer una autocrítica de cuán conformistas hemos sido durante muchos años. Ya no sirve quedarse detrás del mostrador a la espera de que alguien se digne a comprar.
Marcelo Malvestitti