Año CXXXIV
 Nº 49.296
Rosario,
sábado  10 de
noviembre de 2001
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El nuevo plan. La primera reacción de banqueros e inversores fue cautelosa
De la Rúa pidió en Wall Street que confíen en la Argentina
Cuestionaron el desacuerdo con gobernadores. El presidente prometió una solución

El presidente Fernando de la Rúa argumentó ayer ante banqueros, hombres de negocios y diplomáticos de los Estados Unidos que la Argentina es un país confiable, no va a devaluar, cumplirá sus compromisos, defenderá el derecho de propiedad, y aseguró que no viajó para pedir asignaciones complementarias de fondos. Así, el jefe de Estado desarrolló un primer paso de una estrategia para obtener el apoyo de Wall Street, el gobierno norteamericano y los organismos internacionales para avanzar con la reestructuración de la deuda pública de la Argentina.
Aunque De la Rúa enfatizó que no necesita plata fresca, un punto clave del plan del gobierno es conseguir un adelanto de 4.200 millones ya comprometidos por el Fondo Monetario Internacional (FMI), 1.200 millones del blindaje que estaban previstos para diciembre y los 3.000 millones de garantías para apurar el tramo internacional del canje de deuda. Si esos 1.200 millones entran en noviembre, el gobierno podrá afrontar los vencimientos y evitar el default.
La presencia de la comitiva presidencial en Nueva York coincidió con la presentación de las propuestas de las principales bancas de inversión para participar de la operación internacional de canje de deuda, y del primer compromiso público de un banco local, el Francés, de participar en el canje de cabotaje con el total de sus tenencias, que suman unos 3.500 millones de dólares (ver aparte).
Durante una prolongada sesión de preguntas y respuestas, los banqueros cuestionaron a De la Rúa la falta de un acuerdo con los gobernadores que es clave para conseguir el déficit cero. El presidente contestó que se estaba avanzando en las gestiones para un acuerdo total y aseguró que "tres o cuatro" gobernadores del PJaceptaron el pacto y lo rubricarán el martes próximo, aunque no fueron identificados.
El propio gobernador Carlos Reutemann, que mantiene una posición muy dura con respecto a la última oferta de acuerdo efectuada por la Nación, admitió ayer que el frente de los gobernadores opositores se va a quebrar, al puntualizar que "en las próximas horas o el lunes" algunos de sus pares accederán a firmar el convenio para aliviar estados financieros que se encuentran en una situación límite.
Desde el Coloquio de Idea en Mar del Plata, el jefe de Gabinete, Carlos Colombo, se mostró confiado en que la semana próxima se podrán sumar más firmas al acuerdo ya firmado por los gobernadores aliancistas y el neuquino. El problema es que la reunión con el presidente norteamericano George W. Bush, clave para destrabar el auxilio internacional, se realizará mañana.
De la Rúa apenas bajó ayer por la mañana del avión se dirigió directamente hacia la sede de la Reserva Federal de Nueva York, donde lo aguardaban varios de los principales hombres del ámbito bancario y financiero para compartir un desayuno.
El ministro de Economía, quien había llegado un par de horas antes que De la Rúa, sólo se limitó a precisar los alcances de las últimas medidas económicas que adoptó el gobierno la semana pasada, en particular en lo referente a la reestructuración de la deuda.
A la salida de este primer encuentro, el presidente calificó a la reunión de "muy positiva". Cuando fue consultado si había logrado un respaldo del presidente de la Reserva Federal, William McDonough, De la Rúa se apuró en aclarar que ese directivo "no es titular de una decisión" para el tema de la deuda argentina.
En ese encuentro estuvieron, entre otros, junto a McDonough, el presidente de Merril Lynch Internacional, Jacob Frenkel; el segundo del Citigroup, William Rhodes; el número uno del Credit Suisse First Boston, David Mulford y Brian O'Neill, manager director y chairman de América Latina de la JP Morgan.
Otros banqueros que participaron del desayuno fueron Joseph Ackermann y Pablo Caldirini (Deutsche Bank), Angel Corcostegui (Banco Santander Central Hispano), Gerald Corrigan (Goldman Sachs), Zoe Cruz y Vikram Pandit (Morgan Stanley), Michael Geoghegan y Sthepen Green (HSBC) y David Komansky (Merril Lynch).
De la Rúa intentó en todo momento de despejar del horizonte su intento por conseguir el apoyo de los organismos y el gobierno de Estados Unidos, así como el adelanto de fondos comprometidos por el FMI. "No venimos a pedir asignaciones complementarias", dijo e insistió: "Vamos a cumplir nuestros compromisos y hemos venido a explicar nuestro programa ya que esto no va contra nadie, no va contra el derecho de propiedad, ni contra la seguridad jurídica, sino que es una actitud responsable para preservarlos intereses de quienes confiaron en nuestro país y encontrar un camino razonable para recobrar la salud económica".
Por su parte, Cavallo que se mostró remiso a efectuar declaraciones, aunque mostró una gran sonrisa y en un tono enigmático dijo: "Ya van a ver los resultados". Ayer se especulaba que el ministro de Economía podría adelantar su retorno para hoy al país, con el objetivo de afrontar una nueva estrategia de negociación con los gobernadores. Ayer los banqueros de lo dijeron con todas las letras: "La solución de los problemas de la Argentina pasa por Buenos Aires, no está en Washington ni en Nueva York".
El esfuerzo oficial por conseguir el respaldo de Wall Street precede al encuentro cumbre que sostendrá De la Rúa con Bush, cuyo aval es clave para recuperar la confianza de los mercados financieros y la aceleración de desembolsos del FMI.



De la Rúa y el vicepresidente de la Reserva Federal.
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