Año CXXXIV
 Nº 49.290
Rosario,
domingo  04 de
noviembre de 2001
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El elegido de la semana
Por las bateas: "Para mamá"
El álbum es un homenaje en el que Sandro rompe con su estilo

Marcelo Menichetti

Después de cuarenta años de carrera y con todos los récords posibles conquistados en los escenarios y las bateas de la Argentina y de América Latina, Sandro se dio un gusto personal y presentó "Para mamá", un compacto dedicado a Nydia Ocampo, su madre, a quien perdió en 1992.
El cantante agrupó una serie de temas que, por diversas razones, consideró aptos para homenajear a las madres, entre los que se cuentan algunos que escuchaba en su infancia de labios de su propia progenitora.
El disco comienza con Sandro recitando un poema de Adriana Turchetti y luego se anima con "De parto", una composición tradicional de Joan Manuel Serrat.
El heterogéneo repertorio sigue con "Manos adoradas", un vals de Rufini y Sanguinetti que remite a los años juveniles de la madre del ídolo de Parque Patricios. "Mi madre querida", de Jack Yellen y Lew Pollack, una canción israelí alusiva a la figura materna es interpretada en una versión suave, como el tono general del disco, en el que se destacan los acompañamientos de teclados guiados por los vientos y con la voz nasal de Sandro en primer plano, cantando en tono confesional.
El disco que el artista se había prometido hacer alguna vez y concretó ahora, tiene en la figura materna el hilván que mantiene unidas a las composiciones de distintas épocas, géneros y orígenes, lo que convierte a la placa en inclasificable.
El homenaje sigue con "Hay una niña en el puente", una balada con aires folk, suave y descriptiva, compuesta por el propio Gitano, que se presenta como el tema más original del disco. Luego se recuesta en una vieja pasión, inevitable para los cantantes argentinos en alguna etapa de sus vidas: el tango "Hacelo por la vieja", de Sciammarella, Vivan y Bonatti. Sandro confirma en este tema las raíces porteñas de sus años juveniles en Puente Alsina, ese viaducto que el cantante define como un "bandoneón agujereado".
Tras "Bonjour mamá", una lenta canción de Mastra y Barroso, vuelve a emerger el espíritu porteño con "Pobre mi madre querida", de José Betinotti en versión de milonga estilizada, con el bandoneón referente de Walter Ríos replicando cada frase del cantor.
La sorprendente mezcla de estilos se hace más profunda y extraña con "A la sombra de mi mamá", de Carlos Carabajal y Cristóforo Juárez, una chacarera con la que hace su sorprendente aparición el folclore argentino en un disco que desafía cualquier prejuicio.
Para completar una galería de preferencias Sandro incluyó "Todo te lo consiento", un poema de Rafael de León que permite la aparición del gitano subyacente en la personalidad de Sandro.
"María coraje" es la última canción que Sandro le dedicó a todas las madres. La obra de Víctor Manuel se tiñe con el estilo inconfundible del cantante argentino que redondea un tributo demorado por el artista.
"Hace mucho tiempo que quería hacer este homenaje", admitió el astro que hoy, con todos los récords batidos, se dio el lujo de concretarlo. Un lujo que solamente se pueden permitir los artistas con el arrastre de Sandro.
Calificación: 2 estrellas.



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