Año CXXXIV
 Nº 49.289
Rosario,
sábado  03 de
noviembre de 2001
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Crisis. El malhumor de los mercados disparó el riesgo país
El G7 y el FMI respaldan pero los inversores retacean su apoyo
Los organismos saludaron la iniciativa del gobierno pero omitieron la cuestión de la asistencia financiera

El paquete de medidas económicas anunciado por la Argentina recibió ayer un respaldo de los países más industrializados del mundo, el denominado Grupo de los 7 (G7) y también del Fondo Monetario Internacional (FMI). El apoyo internacional era aguardado con expectativas en Buenos Aires porque resulta decisivo para avanzar con una reprogramación de deudas que permita un ahorro de 4.000 millones de dólares anuales. Los organismos internacionales destacaron que el país "esté tomando la iniciativa", pero no hicieron referencia a la asistencia económica que hace falta para convencer a los inversores, quienes ayer le dieron la espalda a la propuesta argentina disparando el riesgo país por encima de los 2.500 puntos.
"Nos complace que Argentina esté tomando la iniciativa", fue la frase que utilizó el G7 para demostrar la posición del bloque formado por Estados Unidos, Japón, Alemania, Italia, Canadá, Gran Bretaña, Francia.
"El presidente De la Rúa y el ministro (de Economía, Domingo) Cavallo anunciaron anoche un paquete para mejorar la economía del país. Es importante que Argentina regrese a una senda económica sostenible", expresó el comunicado del G-7 que fue difundido en forma simultánea en Washington y Roma.
Por su parte, el FMI dijo que celebraba la nueva estrategia económica de la Argentina y que estaba listo para trabajar con el país.
"Celebramos los esfuerzos de Argentina para desarrollar una estrategia para volver a un crecimiento sostenido y estamos listos para trabajar con Argentina para desarrollar esa estrategia", dijo David Hawley, portavoz del organismo en un comunicado.
Desde Buenos Aires, el flamante asesor externo del Ministerio de Economía y presidente de la prestigiosa consultora internacional Merril Lynch, Jacobo Frenkel, señaló que "es importante que los mercados aprecien que Argentina tome la iniciativa en sus propias manos y básicamente resolvamos los problemas entre nosotros -acreedores y deudores-dentro y fuera del país".
Sin embargo, el discurso del asesor fue directo al corazón de los organismos internacionales, a quienes les reclamó un mayor compromiso con el país, lo que en buen criollo se traduce en un pedido de desembolsos concretos. "Para el período de transición, el financiamiento del Fondo Monetario, por ejemplo, que ha sido comprometido, debería ser desembolsado", esgrimió Frenkel. "Uno no habla acerca de dinero fresco, uno habla de recursos que ya han sido comprometidos, ya que la Argentina los ha incluido en su programa económico", detalló.

Inversores malhumorados
Otra adversidad llegó de la mano de la calificadora internacional Fitch, que bajó la nota de la deuda argentina de "CCC" a "CC" y la ubicó con perspectiva negativa, como resultado de los anuncios del gobierno sobre reestructuración de la deuda que fueron interpretados por la agencia como un eventual default.
En ese sentido, Fitch aguarda los detalles de la medidas, en particular el decreto que autoriza al gobierno a implementar un canje de deuda empleando garantías multilaterales, y estimó que es "muy poco probable" que los acreedores acepten el canje voluntario.
Ayer al mediodía, el ministro Cavallo se reunió con el canciller Adalberto Rodríguez Giavarini para coordinar la tarea de la presentación del plan económico en el exterior y obtener el mayor apoyo posible de la comunidad internacional.
Renglón seguido, el canciller argentino mantuvo un encuentro en el Palacio de San Martín, con los embajadores en Argentina de los países más industrializados del mundo que integran el G7, a quienes les explicó los alcances de las nuevas medidas.
Giavarini indicó que "el objetivo era lograr una adhesión a los esfuerzos que está haciendo Argentina en materia económica y fiscal" y calificó como "muy importante" el respaldo manifestado por esos países.
Con el paquete de medidas el gobierno busca evitar una cesación de pagos. A nivel doméstico propuso a los inversores un "swap" de títulos de deuda por un bono garantizado por recursos tributarios, con la condición que la tasa a devengar no sea superior al 7 por ciento.
Durante la presentación del plan, el ministro de Economía reconoció que debido a la delicada situación financiera y a las múltiples ayudas recibidas por el país de organismos multilaterales de crédito y gobiernos extranjeros no iba a ser posible nuevos créditos para financiar el programa.
La percepción del ministro quedó comprobada con la actitud del G7, que aunque mostró celeridad para emitir un respaldo político no hizo referencia alguna a la más mínima posibilidad de aval crediticio.

La apuesta local
Por otra parte, el gobierno nacional reiteró que centra sus expectativas en el canje de deuda local, cuyo éxito o fracaso será sin dudas lo que marcará el comportamiento de los inversores internacionales cuando se proponga el "swap" global.
"La conducta de los inversores se va a ir perfilando de acuerdo a las señales que de la Argentina. El tramo local es imprescindible para definir la conducta de los inversores internacionales", afirmó ayer el asesor del Ministerio de Economía, Horacio Liendo.
Respecto del canje de deuda, Liendo señaló que aún no está definida la estructura e indicó que esa tarea (bonos, plazos, tasas y demás características) está a cargo de la Secretaría de Finanzas.
Liendo calificó como "lógica" la reacción de los mercados que se produjo ayer en los mercados y la justificó en la incertidumbre que puede generar la falta de precisiones sobre la operación.
El asesor también aclaró que la compensación entre créditos y débitos con el Estado no alcanzará a las deudas que por ejemplo mantengan las empresas por el incumplimiento en el pago de canon por concesiones.



Rodríguez Giavarini se reunió ayer con funcionarios.
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