Año CXXXIV
 Nº 49.288
Rosario,
viernes  02 de
noviembre de 2001
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Las víctimas son 15 chicos, de entre 4 y 14 años, del barrio Toba
Detienen a una joven que explotaba menores para mendigar en la peatonal
Pedían limosna en San Martín y Córdoba. Los padres dicen que sin la plata que juntan los niños no pueden vivir

Carla Rizzotto

Explotación de menores para mendigar. Esa fue la punta que provocó anteayer la demora por orden judicial de 15 chicos de entre 4 y 14 años que estaban pidiendo limosnas en la peatonal Córdoba. La hipótesis de dos magistrados locales es que los menores respondían a las órdenes de una joven de 23 años, quien los obligaba a darles lo recolectado durante el día. Por eso la mujer, que habría llegado desde Chaco hace dos meses, fue detenida y quedó imputada a cargo de la jueza de faltas Nº2, Liliana Puccio. Los chicos, que viven en el barrio Toba de Juan José Paso y Travesía, se encontraban ayer en buen estado y, según afirmaron sus padres, "tienen que salir a la calle porque son una ayuda muy importante para poder sobrevivir".
Los 15 menores fueron demorados la tarde del miércoles en Córdoba y San Martín, frente al local de McDonald's. Es más, los padres de uno de los chicos dijeron que Héctor Nicolás -su hijo de 8 años- estaba comiendo una hamburguesa cuando lo agarraron. La orden del procedimiento llegó desde el juzgado de Puccio, quien junto con el juez de menores Juan Leandro Artigas se propuso "investigar si hay una organización detrás de la mendicidad de los menores".
Según fuentes de ambos juzgados, se trataría apenas de "la punta de un iceberg", es decir, una pequeña organización similar a muchas otras que operarían en el centro explotando a los chicos para obtener dinero. "Para las personas que hacen esto, es más fácil mandar a los niños a pedir que salir a trabajar", dijeron.
Los chicos involucrados en este caso estaban ayer en una de las salas del juzgado de Artigas, en la planta baja de los Tribunales, esperando ansiosamente la llegada de sus padres. "En ningún momento pensamos en sacarles los hijos a estas personas, pero la idea es saber si el hecho de que estén pidiendo en la calle es por una razón meramente social o porque hay un aprovechamiento detrás", explicó Artigas.
Los pequeños estaban en buen estado físico y aparentemente bien alimentados. Pero no disimulaban su deseo de que los padres los llevaran cuanto antes a sus casas, por más que el juez y sus colaboradores se mostraran cariñosos con ellos. Algunos se fueron ayer temprano, mientras que otros (sobre el mediodía) ni siquiera habían recibido un indicio sobre la preocupación de algún adulto responsable. "Vamos a hablar con los padres y si algunos no vienen los tendremos que salir a buscar", sostuvo el juez.

Una mujer detenida
La hipótesis de Puccio es que los menores recibían órdenes de una joven de 23 años, quien según fuentes policiales habría llegado a Rosario hace dos meses desde la provincia del Chaco. Esta mujer fue detenida por efectivos de Seguridad Personal y de la Brigada de Investigaciones de la policía local, con la colaboración de la Policía de Menores, que se llevó a los chicos. Todo el procedimiento se hizo por orden de Puccio, quien ayer tomó declaración a la detenida por ser la presunta cabeza de esta organización que explotaba menores.
Fuentes cercanas a la jueza revelaron a La Capital que la mujer estaría violando los artículos del Código de Faltas que penan los negocios prohibidos, la simulación de una dolencia y el facilitamiento de la mendicidad. "Estas tres faltas se sancionan con penas de prisión", reveló.
Aunque hasta el momento esta joven es la única sospechosa, tanto las fuentes judiciales como policiales no descartaron la posibilidad de identificar a otras personas que se dedicarían a la misma actividad, es decir, a la explotación de menores. Es más: dijeron que los controles posiblemente se mantendrán, especialmente en el microcentro y más específicamente en la calle Córdoba, desde Paraguay hasta el río.
Los padres de los chicos involucrados en este procedimiento, en tanto, también dijeron lo suyo y negaron rotundamente que haya una persona que los explote. "No tenemos idea de quién puede ser. Nuestro hijo nunca nos habló de una mujer que le dé órdenes", dijeron Raúl y Beatriz, los padres de Héctor. Ambos estaban realmente preocupados por recuperar a su hijo. Por eso se llegaron a las 7 de la mañana de ayer a Tribunales. "Queremos llevarlo a casa", confiaron.
Raúl y Beatriz llegaron del Chaco y ninguno tiene trabajo, por eso Héctor los "ayuda a llevar plata a la casa. Es la única forma que tenemos para salir adelante", se lamentaron. Lo cierto es que el menor recorre la peatonal en busca de alguna moneda, y lo hace con otros pequeños, todos del barrio Toba.
"Hay algunos que son hermanitos. Quiere decir que podría tratarse de 3 ó 4 grupos familiares", apuntó Artigas. El juez aseguró, y este diario lo pudo constatar, que los chicos estaban en buen estado y "bien comidos y vestidos dentro de lo que se puede decir de chicos que viven en barrios humildes".



Los chicos mendigan a toda hora y en todas partes.
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