Año CXXXIV
 Nº 49.288
Rosario,
viernes  02 de
noviembre de 2001
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El Ministerio de Gobierno impulsa una investigación en la Escuela de Cadetes
Ordenan una auditoría para ver cómo se gasta un cuantioso fondo policial
Los 500 estudiantes de la institución son obligados a aportar el 20% de sus haberes conformando un pozo de $600 mil anuales. El pago no se registra en los recibos de sueldos y es poco claro el destino del dinero

Osvaldo Aguirre

El Ministerio de Gobierno de la provincia ordenó una investigación al jefe de la policía provincial y una auditoría contable para esclarecer la forma en que las autoridades de la Escuela de Cadetes de Policía de Rosario manejan los aproximadamente 50 mil pesos mensuales que perciben por aportes de los alumnos de la institución.
Así lo informó ayer a este diario el propio ministro de Gobierno, Lorenzo Domínguez. "Quiero saber cómo se gasta ese dinero y, a la brevedad, poder informar al respecto a la sociedad, porque no me gusta dejar cosas pendientes o en dudas", dijo el funcionario.
En ese sentido, Domínguez ordenó al jefe de policía de la provincia, José Storani, que inicie una investigación sobre el tema a través de la Dirección de Asuntos Internos. Al mismo tiempo se inició una auditoría contable en la administración de la Escuela de Cadetes de Alem al 2100.
La situación tomó estado público a partir de una nota publicada por el diario El Litoral de Santa Fe, en la que se consignó que todos los alumnos de la Escuela de Cadetes de la policía santafesina en Rosario abonan, mensualmente y sin entrega de constancia de recibo alguna, el veinte por ciento de sus haberes regulares. La imposición es obligatoria, con lo que se practica una retención que no figura en el sobre salarial y que, por lo tanto, no es transferida a la provincia.
El fondo que se recauda se integra con un promedio que oscila entre 80 y 100 pesos de liquidación efectuada por cada uno de los 500 cadetes. La recaudación obtenida de esta manera suma unos 50 mil pesos al mes o 600 mil al año y es manejada por las autoridades de la institución, sin que al parecer exista ningún control por parte del gobierno respecto al destino que se da al dinero.
"En principio no lo puedo considerar como algo irregular -dijo Domínguez-. Pero tengo la obligación de dar una respuesta a la sociedad y espero poder darla en un plazo breve".
El ministro agregó que "la Escuela de Cadetes es la única escuela policial del país donde los cadetes perciben un monto de dinero por estudiar" y dijo que el descuento que se les practica en forma obligatoria "fue establecido por un decreto del gobierno de José María Vernet, que estipula que el 20 por ciento de los haberes de los cadetes será destinado al sostenimiento de la institución".
Se trata del artículo 23 del decreto provincial 1.284/85. En consecuencia, dijo el ministro, "la situación está prevista. El manejo del dinero corre por cuenta de las autoridades de la institución y por eso solicité una investigación. Lo que quiero saber es si se gasta en forma correcta".
Los cadetes, que son becarios de la provincia, no reciben constancia alguna por el pago de la quinta parte de sus sueldos. Los jefes de cada compañía notifican a su personal que deben presentarse en la División Administración y Finanzas, donde los estudiantes abonan el dinero exigido.
"Nosotros pagamos una quinta parte de lo que cobramos, que representa una porción enorme para cualquiera, pero además nos tenemos que comprar hasta los uniformes. Y si hay auditorías se debería averiguar por qué nunca hay llamados a licitación en una entidad que es de la provincia", dijeron cadetes policiales que, bajo reserva de identidad, dialogaron con el diario El Litoral.
En ese sentido, trascendió que las obras de un quincho levantado en el interior de la escuela se realizaron sin que se convocara a una licitación pública ni se llevara adelante un concurso de precios abierto como es norma de la legislación santafesina, por lo que se plantea el interrogante acerca de quién realizó esos trabajos y de qué manera se decidió que los emprendiera. La situación se reiteraría en la provisión de papelería y otros insumos de que requiere la Escuela.



Allí quien estudia cobra un sueldo, pero también paga.
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