Año CXXXIV
 Nº 49.287
Rosario,
jueves  01 de
noviembre de 2001
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Veinte familias ocuparon un barrio sin terminar en Bermúdez
Las casas, sin techos ni ventanas, estaban abandonadas desde hace unos cinco años

Andrés Abramowski

Capitán Bermúdez. - Unas veinte familias carecientes ocuparon un barrio de viviendas sin terminar en el oeste de esta ciudad. Son en total más de cien personas, la mitad niños menores de doce años, y la desesperación por la que atraviesan puede comprobarse al verlas querer aferrarse a estas casas a medias que no tienen techos, ventanas y en algunos casos ni siquiera piso. Los ocupantes presentaron una acción de amparo en la Justicia para intentar evitar el desalojo.
"No las queremos (a las viviendas) de arriba. Somos gente honesta queremos trabajar y estamos cansados de la injusticia", dijo Claudia, quien llegó sola con sus hijos. A su lado, sus nuevos vecinos asentían respecto del requerimiento principal: "Que nos den un plan Trabajar y una forma de pagar estas casas".
La historia de esta ocupación no es difícil de creer en estos tiempos en los que la malaria se tiñe cada vez más de anomia y la ley toma por el camino de la injusticia. "Al ver que pasaba el tiempo y acá no se ponía un ladrillo decidimos meternos", contó Raúl, desocupado como todos en este barrio.
Los ocupantes relataron que no se organizaron para realizar la toma, sino que fue espontánea, aunque "cuando se corrió la bola enseguida se vino un montón de gente".
La acción tomó forma entre el sábado y el domingo pasados, no sin antes recibir una visita de la policía, luego de una denuncia por usurpación. Cuando se retiraron los agentes, las familias retornaron.
No todos los ocupantes vivían en la zona. Muchos estaban en asentamientos más precarios aún, como Susana, cuyo rancho se está "cayendo a pedazos". "Mi hermana vive a tres cuadras de acá y cuando me avisó que estaban ocupando las viviendas me vine", dijo Carolina, de un humilde barrio de Baigorria.
Mientras las mujeres preparan una olla popular los hombres intentan techar las viviendas. Algunos vecinos y familiares de la zona colaboran con alimentos e incluso prestan los baños. La situación de las familias, sobre todo de los niños, es muy precaria, pero se quieren quedar igual. "Nos quedaremos hasta las últimas consecuencias. Esto es mejor que lo que teníamos antes", aseguraron.



Los ocupantes techan casas porque quieren quedarse.
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