Año CXXXVI
 Nº 49.286
Rosario,
miércoles  31 de
octubre de 2001
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Estuvo dos meses en la cárcel por cazar pajaritos
Un cordobés fue sorprendido colocando trampas y terminó en una prisión de máxima seguridad por ser reincidente

Un hombre que fue sorprendido colocando trampas para pajaritos fue liberado en Córdoba luego de permanecer dos meses detenido y aislado en un pabellón de máxima seguridad, por su condición de reincidente, ya que había cumplido condena por robo en 1996.
La liberación del acusado, Héctor Fabián Sosa, de 33 años, fue dispuesta por el juez Guillermo Lucero Offredi. La abogada defensora Anahí Hampartzounian admitió que su cliente había cometido un delito penado por la ley 22421 de protección y conservación de la fauna silvestre, pero cuestionó las condiciones de detención que sufrió junto a presos por diversos delitos, muchísimo más graves que el que había cometido.
Sosa fue sorprendido entrampando pajaritos por una patrulla ambiental en la mañana del 29 de agosto pasado, en la localidad de Malvinas Argentinas, unos 20 kilómetros al este de la capital provincial.
Junto a Oscar Suárez, de 27 años, y un niño de 12, Sosa había instalado desde la noche anterior varias jaulas con aves en su interior que hacían de "llamadoras", para cazar ejemplares diversos existentes en la zona, como jilgueros o reina mora.
Suárez y el niño fueron liberados luego de ser fichados ya que no registraban antecedentes, mientras que Sosa fue remitido al complejo carcelario de Bower, fuera de la capital, donde fue alojado en el pabellón destinado a presos reincidentes.
El hombre tenía una causa por un delito de robo cometido hace diez años, y por el que purgó condena en 1996, y en este caso fue imputado por violación a la ley 22421.
Sosa y Suárez admitieron que cazaban pajaritos, aunque dijeron desconocer que constituía un delito, y Sosa aseguró que no tenía intenciones de comercializar las piezas capturadas, sino que era un regalo para su hijita de cuatro años.
Tras el insólito período en el que permaneció preso en el pabellón de máxima seguridad, el juez admitió el planteo de la defensa, teniendo en cuenta además que el acusado es el único sostén de su hija y de su madre, casi octogenaria, consideró purgado el delito con los dos meses que estuvo encarcelado y finalmente ordenó su liberación. (Télam)



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