Año CXXXVI
 Nº 49.286
Rosario,
miércoles  31 de
octubre de 2001
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Portantiero: "Hay un peligroso autismo en toda la clase política"
El politólogo porteño evaluó que los dirigentes todavía no pudieron leer el mensaje de las urnas

Walter Palena

Los politólogos encargados de descifrar los metamensajes que surgen de la oscilante política argentina de los últimos dos años han incorporado a sus análisis una terminología impuesta por el lenguaje periodístico: el voto bronca, una nomenclatura que irrumpió con ferocidad en las últimas elecciones legislativas. Juan Carlos Portantiero trata de desmenuzar este nuevo fenómeno con su agudeza intelectual. Más allá de las consideraciones obvias, el sociólogo porteño aporta juicios y valoraciones que no sólo se ciñe a la manifiesta crisis de la política. Dice que la Argentina tiene que abandonar el sistema presidencialista e ir hacia un régimen semiparlamentario, apostando a los acuerdos transversales con el Congreso como el escenario central de los grandes consensos políticos.
El análisis que hace Portantiero del masivo rechazo de la ciudadanía a la oferta electoral del 14 de octubre abre enormes interrogantes sobre el futuro si los políticos no toman debida nota del mensaje que vomitaron las urnas. "Si los partidos políticos no toman nota de lo que sucedió en las últimas elecciones y se empeñan en encerrarse en sí mismos, ya sea para dirimir los candidatos presidenciales en el caso del peronismo o para creer que en realidad no ha pasado nada, como piensa el presidente Fernando de la Rúa, estamos en presencia de un peligroso autismo de la clase política", trazó con crudeza el profesor de Teoría Sociológica de la UBA.
Portantiero, quien integró la usina intelectual de la primavera alfonsinista en los 80, sostuvo que el desencanto expresado por buena parte de la población no significa, necesariamente, un desentendimiento o desgano hacia el sistema democrático, sino un rechazo a la oferta electoral.
En este contexto, Portantiero reconoció que el impacto del voto bronca puede ser un caldo de cultivo para aventuras autocráticas, pero consideró que en la actual coyuntura esto no se vislumbra como alternativa política: "Tiene que aparecer el líder y cierto respaldo militar, y eso no está a la vista, por suerte. Pero es cierto que hay un germen peligroso: si la gente no se expresa a través de partidos políticos, puede expresarse con personajes mesiánicos".
Para Portantiero, el hecho de que la población se haya inclinado mayoritariamente hacia el voto negativo y castigado en gran medida a la Alianza, no significa que haya redundado en beneficios para la oposición al gobierno de De la Rúa. "En una situación normal, con los problemas del oficialismo, hubiera significado un crecimiento electoral del peronismo. Pero esto no se ha planteado así: los votos que perdió la Alianza no los ganó el PJ".
El sociólogo evaluó que la crisis de la política alcanza hoy a casi todos los países de Occidente, pero que se expresó esta vez con mayor fuerza en la Argentina por dos fenómenos ligados entre sí: el malestar de la situación socioeconómica y el fracaso de la Alianza para responder a la expectativa que había generado en la población tras una década de poder menemista.



"El peronismo no ganó votos", afirmo Portantiero.
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