Año CXXXVI
 Nº 49.286
Rosario,
miércoles  31 de
octubre de 2001
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Confesó haber presenciado el crimen de una maestra
Es uno de los tres hombres detenidos por la violación y el asesinato de María Fabiana Gandiaga en Geba

Buenos Aires.- Uno de los tres hombres detenidos por el crimen de la maestra María Fabiana Gandiaga confesó ante la Justicia que presenció el episodio criminal ocurrido hace más de una semana en el club Gimnasia y Esgrima Buenos Aires (Geba), aunque dijo que no participó del ataque y culpó a los otros dos sospechosos.
Fuentes allegadas a la causa informaron que en un interrogatorio de casi seis horas Fernando Antúnez, de 25 años, aseguró al juez de instrucción Alberto Seijas que presenció parte del ataque contra Gandiaga, aunque negó toda participación.
Según el imputado, los culpables de la violación y asesinato de la maestra fueron los otros dos detenidos: Carlos Vallejos, de 21 años, y Miguel López, de 27, ambos empleados de una empresa de limpieza contratada por Geba, al igual que Antúnez.
Las fuentes dijeron que al explicar al magistrado su participación en el hecho, el detenido sostuvo que se encargó de ocultar las sandalias de la víctima obedeciendo órdenes de los otros dos sospechosos, quienes lo intimidaron y explicó cómo llegó a sus manos el teléfono celular de Gandiaga, que fue hallado por la policía el sábado último en su casa del partido bonaerense de Berazategui.
Según Antúnez, el artefacto se lo entregaron los otros acusados "como pago de una deuda" y aclaró que quien lo utilizó fue su esposa, que lo llamó a Geba el mismo día del hallazgo del cadáver de la maestra. El detenido nada admitió sobre una llamada que los investigadores dicen que realizó para pedir un rescate de 10 mil pesos por la maestra.

Necrofilia
Respecto de su contacto con la víctima, el hombre dijo durante el interrogatorio que la vio en tres oportunidades el sábado 20 de octubre: primero, cuando hablaba por el celular cerca de un baño del entrepiso del club -donde fue atacada-; luego, desnuda en el interior de ese lugar, y finalmente cuando era sometida sexualmente.
Asistido por su abogado, el imputado recordó que presenció parte del ataque sexual de la maestra y dijo que cuando se acercó a ella "todo había terminado", ya que la mujer estaba vestida pero no se movía. Ante ello las fuentes resaltaron la posibilidad de que alguno de los agresores haya mantenido contacto sexual con el cadáver de la maestra.
Las explicaciones de Antúnez resultaron en varios puntos contradictorias ya que primero dijo que cuando se acercó a Gandiaga estaba muerta, aunque luego admitió, sin mayores precisiones, que un raspón que tiene en el rostro pudo haber sido provocado por la mujer. Finalmente, recordó que López y Vallejo le ordenaron que se deshiciera de los zapatos de la maestra, los que, según dijo, "metió en el inodoro y bajó la tapa", explicaron las fuentes.
La maestra desapareció entre las 15 y las 15.30 del sábado 20 de octubre cuando aguardaba a que su hijo Julián, de 6 años, participara de una competencia de taekwondo en Geba. Antes del inicio de la prueba decidió ir a comprar una gaseosa y no se la volvió a ver con vida. En un entrepiso se habría topado con uno de sus asesinos, quien la llevó engañada al baño donde la policía encontró días después las sandalias de Gandiaga y algunos rastros de sangre, lo que los hizo suponer que fue ese el escenario del ataque. (Télam)


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