Año CXXXIV
 Nº 49.272
Rosario,
miércoles  17 de
octubre de 2001
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Sin mucho bombo, hoy se evoca el Día de la Lealtad

El peronismo recuerda hoy el Día de la Lealtad. No faltarán algunos ramos de flores al pie de bustos de Juan Domingo Perón ni discursos para reafirmar que "esa lealtad no fue efímera, sino que hoy, a 56 años de aquel histórico momento, sigue encendida la llama del amor y agradecimiento hacia «el Hombre», el jefe indiscutido de los descamisados", como algunos militantes históricos se empeñan en recordar, pero no se espera mucho más.
A más de medio siglo de aquella impresionante movilización popular a Plaza de Mayo -verdadera acta fundacional del peronismo-, que arrancó al entonces coronel Perón de su prisión en la isla Martín García y lo depositó en el balcón de la Rosada para que inaugure ese extraordinario acto de encantamiento colectivo que fueron sus discursos y sus decisiones políticas, muchas cosas cambiaron en el país.
Entre ellas, cambió nada menos que la fuerza fundada por el tres veces presidente de la Nación, el Movimiento Nacional Justicialista, inexorablemente aggiornada a un mundo donde la palabra "mercado" se encuentra en la cima de la pirámide de prioridades, y que fatalmente terminó empalideciendo el contenido de la llamada doctrina nacional justicialista.
Para hoy, 17 de octubre -la fiesta peronista por antonomasia-, no se esperan marchas, ni bombos, ni cotillón partidario, a pesar de que el PJ acaba de ganar una elección, aunque con el mínimo caudal histórico de votos para comicios sin proscripciones y con la luz amarilla del inédito voto bronca.
El Día de la Lealtad sorprende a los máximos dirigentes justicialistas, entre ellos los gobernadores y los sindicalistas (otrora uno de los motores del mito de la lealtad), intentando consensuar una estrategia conjunta para desplegar frente al desorientado gobierno nacional y forzar algún tipo de salida que alivie una situación que transformó a aquellos obreros descamisados en parias piqueteros.

Complejo de culpa
Las urgencias de la mentada crisis obligan a los dirigentes peronistas a dejar para mejor momento aquellos clásicos actos de comunión con la militancia. Esta aparente paradoja (qué mejor momento que éste para retemplar la vieja mística cuando el 2003 aparece sin mayores obstáculos) se explicaría, en parte, por el complejo de culpa que en amplios sectores del PJ generó la década menemista, que le restó a la dirigencia credibilidad justamente con lo que fue su base histórica de sustentación y vació al peronismo de contenido y sustento ideológico.\A pesar de que la Argentina de hoy se mide por el riesgo país, siempre alguien recordará el 17 de octubre. La unidad básica de la seccional 13ª informó que hoy, a las 19.30, hará un acto en Avellaneda y Presidente Perón, donde un busto recuerda que Perón es parte de la historia del país.


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