Año CXXXIV
 Nº 49.269
Rosario,
domingo  14 de
octubre de 2001
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Emplame Graneros
Un club de trueque ocultaba una sala de bingo clandestino
El lugar terminó clausurado por la policía, que demoró a más de 20 apostadores

Tras la fachada de un club de trueque, y con una infraestructura instalada para atender también en el rubro gastronómico a sus apostadores, un bingo clandestino funcionaba en un salón en el barrio de Empalme Graneros y antenoche fue clausurado por disposición de la Justicia de Faltas en momentos en que se desarrollaban las apuestas. La policía demoró a más de 20 personas y secuestró elementos utilizados para los sorteos y para levantar jugadas. Todos los involucrados, incluida la dueña del local, recuperaron ayer la libertad ya que las apuestas clandestinas constituyen un delito menor.
El allanamiento se produjo el viernes, a las 21, en un salón ubicado en la esquina de Garzón y French. Según fuentes policiales, en ese lugar funcionaba una sala de juegos clandestina desde hacía aproximadamente tres meses. El local depende de una casa de familia situada en French 2972, a la cual se accede por una puerta lateral.
El salón donde se realizaban las apuestas presenta unas dimensiones aproximadas de cien metros cuadrados, en cuyas paredes la policía encontró carteles de papel en los que se anunciaba que la actividad del bingo "era de 18 a 24". Fuentes de la sección Leyes Especiales, que encabezó el procedimiento, comentaron que el lugar distaba mucho de ser un lugar de encuentro entre vecinos de barrio que organizan un "bingo casero".
"El local contaba con baños en buenas condiciones y en la sala se había instalado todo lo necesario para brindar un servicio gastronómico a los clientes", explicó un vocero de Jefatura. Entre los objetos incautados figuran un bolillero de madera con su correspondiente carga de bolillas y una importante cantidad de cartulinas numeradas.
Cuando la policía llegó al lugar, había alrededor de 20 apostadores y la dueña del local, de apellido Bronoski, suspendió toda la actividad. El operativo se realizó con normalidad. De acuerdo a lo que establecieron los investigadores las apuestas se realizaban todos los días de semana de 18 a 24. Un dato que llamó la atención fue que en el frente del local había un cartel que anunciaba un club del trueque. "Se ve que durante el día se hacían esas actividades, pero de noche se jugaba al bingo", comentó un funcionario del Leyes Especiales.
La policía estableció, mediante algunos testigos que declararon esa misma noche, que la sala funcionaba desde hacía tres meses y el valor de la tarjeta de sorteo era de 50 centavos. No se cobraba entrada, los sorteos eran manuales por medio de un bolillero y los premios eran en dinero en efectivo. Pero el dato que más llamó la atención fue la implementación del servicio gastronómico que se ofrecía en el lugar.
Para los agentes ese es un signo inocultable de que el emprendimiento ilegal estaba perfectamente organizado y que no era algo "espontáneo" organizado por vecinos. Entre las ofertas que recibían los apostadores figuran papas fritas de copetín a 50 centavos, helados de palito a 25 y café a 50 centavos. En el interior del local se hallaban en funcionamiento heladeras, freezers y una cafetera express. Interviene en esta causa el juez de Faltas Osvaldo Alzugaray.



El bingo está ahora cerrado por disposición judicial.
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